«Desarrollar este proyecto en las reservas marinas Isla Choros-Damas, Isla Chañaral y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt es homologable a botar parte del Partenón de Atenas, en Grecia, para construir una antena. Aunque la mina y el puerto no serán construidos en las mismas islas, el proceso de instalación y funcionamiento tendrá un impacto en este ecosistema complejo e interdependiente, en el que cada especie juega un rol fundamental.
En este lugar ocurre un fenómeno maravilloso que se llama surgencia, que recorre todo el borde costero de la zona que sería alterada por el proyecto Dominga. Aquí, como en pocos lugares del mundo, suben desde el fondo marino aguas frías y ricas en nutrientes como nitratos y fosfatos. Estos, junto con el sol y su energía, generan las condiciones necesarias para la proliferación de la base de la red trófica marina: el fitoplancton y otros microorganismos. Estos pequeños seres, en combinación con el viento y las características geológicas de este lugar, lo vuelven el mejor restorán para miles de especies… Teniendo la gracia de que allí no se paga con dinero, sino que todo es una red de interconexiones, en el que tanto los más pequeños krill como las enormes ballenas se ven beneficiadas ¡Sólo por nombrar e ilustrar a algunos!
Esta es una zona patrimonial en términos naturales y culturales, declarada como tal por el Estado de Chile ¿Cómo es posible que el mismo Estado permita que se desarrolle ahí un proyecto que tendrá directo impacto en un ecosistema tan único, maravilloso y, a la vez, frágil? ¡No a Dominga!»
«Mi intención con este afiche era contribuir a visibilizar el impacto negativo del proyecto Dominga en la biodiversidad de Punta de Choros. Quise mostrar el océano y su vida como un santuario que intenta ser corrompido por los desechos industriales del ‘progreso'».
«El Archipiélago de Humboldt es uno de los lugares con mayor biodiversidad marina del planeta. La minería SUSTENTABLE no existe, cómo tratan de cuentear desde la minera Andes Iron, y ya todos lo sabemos hace rato, y también lo sabe la ballena azul, el pingüino de Humboldt, los chungungos y todos los animales que perderían su hogar para que sólo algunos se llenen el bolsillo en contra del medio ambiente y el futuro del ser humano en este planeta. Porque nos guste o no, la única manera de no extinguirnos como especie es teniendo una tierra sana, porque dependemos 100% de ella. ¡Estos lugares son imprescindibles!».
«Los ecosistemas tienen sus ciclos y sus tiempos, y no es nuestro lugar meternos a arruinar esos procesos. Como raza humana nos creemos dueños de la naturaleza, cuando en realidad somos parte de ella, y como tal, debemos respetar al resto de sus habitantes. Los animales que incluí en esta ilustración son algunos de los que se verían afectados por la minera, en mayor o menor medida, como algunas especies de delfines, cetáceos, el pingüino de Humboldt, y el chungungo.»
«A veces la crudeza del relato funciona para incomodar y movilizar» (Florencia Sudy).
«Esta ilustración nace en el desarrollo de un tutorial de cómo dibujar una ballena jorobada. Es una ilustración que no está terminada, pero que tiene mucha información necesaria para entender la importancia del cuidado de los grandes cetáceos. Usé esta ilustración a modo de protesta para poder evidenciar la importancia de la conservación de uno de los visitantes del archipiélago de Humboldt. Como especie nos ha costado entender los tiempos de la Tierra, de la naturaleza, nuestros propios ciclos. Durante mucho tiempo el progreso no consideró el impacto al medio ambiente, a nuestra casa, a nuestra madre. De unos 4 mil millones de años atrás los humanos somos responsables de una nueva extinción masiva y de cambios climáticos globales sin precedentes.
No podemos seguir faltándole el respeto así a la vida, ecosistemas como éste tardan miles de años en llegar al equilibrio en el cual se encuentran hoy. Me duele, me da rabia, pero me mueve, no me quedaré con este sentimiento sin hacer nada. Acá estoy y seguiré desde mi vereda, luchando por el planeta Tierra, porque me considero un guerrero de la naturaleza».
«Esta ilustración partió con una pequeña investigación sobre el proyecto Dominga, desde el punto de vista de la arquitectura, los espacio y recintos. Afortunadamente había mucha información en línea, el proyecto completo contemplaba dos minas de cielo abierto, más los puertos que afectan la zona.
Originalmente quise dibujar una mina de cielo abierto en la plaza de la ciudadanía frente al palacio de la Moneda, con la idea de llevar el conflicto fuera de Dominga, y que el mismo gobierno responsable de su aprobación se hiciera cargo de la zona de sacrificio. Pero finalmente éste derivó a los pingüinos de Humboldt; no quise hablar de ellos como animales, como en un presente donde tenemos que salvarlos mostrando su entorno, sino más bien hablar de ellos desde una pérdida ya asumida, del futuro en su presente, posicionando conceptualmente el daño llamado ‘mina de cielo abierto’ en el pecho del pingüino. A veces la crudeza del relato funciona para incomodar y mover».
«El 11 de agosto me enteré de la aprobación del proyecto Dominga. Sentí mucha impotencia por todo lo que eso significa. Hice esta ilustración con la intención de visibilizar lo que estaba pasando y aportar un granito de arena dentro de mi oficio, dentro de lo que puedo hacer. Ojalá no hayan más zonas de sacrificio y se prioricen los cuidados de la naturaleza antes que el crecimiento económico del ser humano».
«Esta es una zona patrimonial en términos naturales y culturales, declarada como tal por el Estado de Chile ¿Cómo es posible que el mismo Estado permita que se desarrolle ahí un proyecto que tendrá directo impacto en un ecosistema tan único, maravilloso y, a la vez, frágil?».
«Vivo, veo y utilizo el dibujo como una herramienta de registro, expresión y comunicación que impacta al ojo de quién lo ve, y que contiene un poder visual y emocional que muchas veces no logramos dimensionar. Tanto el dibujo como el diseño tienen responsabilidad política y quienes ejercemos este oficio tenemos el deber de comunicar y visualizar qué nos hace sentido y qué no a través de nuestra disciplina.
La ilustración naturalista ha impactado mi vida de maneras que me quedan cortas explicar, y ese rol político es una manera de devolverle la mano a la naturaleza por todo lo que he aprendido y experimentado a través de ella y con ella. Es muy lindo ver el ruido que ha generado la comunidad de ilustradores naturalistas en torno a la campaña de «No a Dominga», y ver cómo éste rol se lleva a cabo por tantos que, unidos a través del arte, alzan la voz de indignación de maneras tan sensibles. Estoy muy agradecida de tener la oportunidad de participar en ello. Y a por ello, porque de ninguna manera esto será en vano».
«Creo que la ilustración es una poderosa herramienta para informar, emocionar y generar cambios. Los artistas que nos inspiramos en la naturaleza tenemos el deber de protegerla, de dar a conocer su valor e intervenir cuando se atenta contra ella, como es el caso del proyecto minero Dominga.
He tenido la suerte de vivir en varios paisajes del mundo en los últimos años, siempre en busca de la vida salvaje. He visto ecosistemas prístinos pero también muchísima sobreexplotación y basura. Esto gatilló en mí el querer dedicar cada vez más tiempo a la conservación a través del arte. Hoy manejo mi propio estudio creativo https://www.estudiofagus.cl y abrí recientemente un «Patreon of Arts» https://www.patreon.com/estudiofagus ,justamente enfocado en activismo medioambiental, donde pretendo donar ilustraciones a diversas luchas por la conservación alrededor del mundo».
«Ilustrar con una misión, con un objetivo, es esencialmente, para mí, lo que separa la ilustración del dibujo. Cuando trabajas ilustrando independiente tienes la posibilidad de colaborar con distintas misiones que ponen en perspectiva los dibujos que uno hace. Cada encargo significa dar un paso fuera de la zona de confort, lo que se traduce en una búsqueda gráfica por crear los personajes, paisajes, texturas y letras del imaginario personal, recomponerlos hasta lograr ajustarse al mensaje que se busca comunicar.
Esta es una ilustración digital que se origina en el lettering de la frase «No más zonas de sacrificio». Son letras dibujadas a mano primeramente y luego en digital, que no solo quieren decir «No a Dominga», si no que es un mensaje que traspasa a todos los proyectos que amenazan a los paisajes y a la biodiversidad local.
Esta ilustración fue motivada por la convocatoria abierta de «Carteles por una Constitución Ecológica», ante el desatino detrás de los proyectos que amenazan a los ecosistemas locales, pero especialmente, inspirada por la colaboración con amigas ilustradoras naturalistas, como «Taller matiz papel», «Vamos a volar» y «Pitra», que constantemente ponen su trabajo a disposición del cuidado y la concientización de nuestra biodiversidad».