Por una agricultura regenerativa que devuelva la vida a los suelos

Vamos a comprar y encontramos todas las frutas y verduras que queremos, independiente si es invierno o si es verano. Hoy en día está totalmente normalizado que estén en venta alimentos fuera de la época de su cultivo natural. ¿Qué nos dice esto? Nos hemos acostumbrado a estar fuera de los ritmos de la naturaleza. Sin duda, una de los fenómenos negativos de la globalización.
Hoy en día está totalmente normalizado que estén en venta alimentos fuera de la época de su cultivo natural. ©Peter Wendt

Actualmente, vivimos un estilo de vida rápido y desconectado, si queremos hacer un cambio en nuestra alimentación, o acercarnos a una vida más lenta, ¿cómo se puede hacer?, ¿por dónde se puede partir?, ¿hay algo concreto que me ofrezca un respiro y me permita hacer las cosas de manera distinta? Afortunadamente hoy existe un abanico enorme y diverso de oportunidades para vivir más lento, acercarnos a la naturaleza, cuidar nuestro cuerpo y los ecosistemas, sobre todo desde algo tan cotidiano y prioritario, como es la alimentación. Más aún, cuando existen cifras desalentadoras de los últimos estudios realizados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que dicen que casi una de cada tres personas en el mundo (2370 millones) no tuvo acceso a una alimentación adecuada o se encontraba en una situación de inseguridad alimentaria moderada o grave durante los años 2020 y 2021.

Más que nunca, se hace muy importante difundir y comunicar alternativas positivas y favorables. Una de ellas es la agricultura regenerativa. A continuación presentaremos de qué va esta práctica y algunos proyectos que toman este tipo de agricultura como guía para recuperar no solo los suelos, sino también nuestra conexión con la naturaleza. Estos son: Regenerativa, Huerto Cuatro Estaciones y Rodale Institute.

©Gonzalo Facello
©Sincerely Media

Agricultura regenerativa: una alternativa

Como un nuevo enfoque de gestionar la tierra, los suelos y los alimentos, la agricultura regenerativa nos invita a que observemos esta práctica. La agricultura convencional e industrial se puede transformar y pasar de una cadena lineal de suministros a una visión integral, interconectada e interdependiente. Se trata de una propuesta que invita a que pensemos que todos los aspectos de la agricultura están conectados a través de una red. Toma la sabiduría ancestral y la conexión con nuestro entorno y lo mezcla con el conocimiento científico moderno que se tiene respecto a los suelos, contaminantes y ciclos biogeoquímicos.

La agricultura contemporánea es muy agresiva porque para expandirse, implica “despejar la tierra”, por ejemplo, cortando bosques. Además, ésta “prepara la tierra” con productos químicos abrasivos y con resultados cortoplacistas. En cambio, la agricultura regenerativa busca salir del modelo antropocentrista de la agricultura contemporánea, bajo un enfoque agrícola dinámico y centrado en diversificar los sistemas de cultivo, restaurar la calidad del suelo, regenerar, estimular y mantener la fertilidad y la biodiversidad. Es decir, más suelos rehabilitados y sanos por más tiempo implica cuidar de la biodiversidad que habita en esos suelos y que depende directamente de su salud, por ejemplo, virus, bacterias, hongos, líquenes, plantas, vertebrados e invertebrados que cumplen valiosas funciones ecosistémicas. De esta forma, las prácticas de la agricultura regenerativa son necesarias no sólo para producir cultivos que satisfagan las necesidades humanas, sino también para restablecer, proporcionar y favorecer ecosistemas más sanos.

La agricultura regenerativa busca salir del modelo antropocentrista de la agricultura contemporánea con un enfoque agrícola dinámico y centrado en diversificar los sistemas de cultivo y restaurar la calidad del suelo. ©Sandie Clarke

Modelo regenerativo: conjunto de variedad de prácticas

El modelo regenerativo integra varias prácticas agrícolas adaptadas a distintos tipos de suelo, ecosistemas y climas. Por ejemplo, en la siembra directa no se ara el suelo, esto logra reducir su compactación por el menor uso de maquinaria pesada. Otras prácticas ejemplificadoras son los cultivos de plantas perennes –plantas que viven más de dos años–, la incorporación del compost para aprovechar todos los ciclos de la materia orgánica o la agricultura natural/orgánica, que interviene lo menos posible el suelo sin usar herbicidas, pesticidas o abonos químicos, ayudando a que los microbios activos del suelo eviten las enfermedades de las plantas. En este tipo de agricultura no se apura a las semillas y se rotan los cultivos dentro de un mismo año. Otro ejemplo es la agroforestería, un sistema que combina árboles con cultivos o ganado en el mismo terreno para incrementar las sinergias entre los animales. Así, mientras los animales se alimentan de pasto fresco, las plantas, se benefician de los excrementos del ganado.

El modelo regenerativo integra varias prácticas agrícolas adaptadas a distintos tipos de suelo, ecosistemas y climas. ©Jonathan Hanna

El buen uso del agua y la crisis climática

En un país donde la sequía se ha extendido considerablemente y, además, donde un 33% de las líneas arancelarias chilenas corresponden al rubro agropecuario, el buen uso del agua se hace prioritario. Durante el presente año, se han declarado a 101 comunas del país bajo escasez hídrica, esto significa que de las 346 comunas que existen en Chile, un 29% de ellas vive en escasez hídrica. 

El agua es clave para cualquier cultivo. Sin embargo, hay una diferencia muy grande entre la agricultura tradicional y la regenerativa en cuanto a cómo se usa el agua y cuánta se necesita. Una particularidad de ésta última es que puede trabajar con el diseño de líneas clave (keyline design). Se trata de una técnica que, según la topografía de la zona, diseña el terreno para distribuir el agua de forma homogénea, reduciendo su consumo y  la erosión de los terrenos semiáridos. Estos ecosistemas suelen sufrir especialmente durante los episodios puntuales de lluvias torrenciales, haciendo que los terrenos de cultivo sean más resilientes a las inclemencias meteorológicas, a las inundaciones y al cambio climático. Por otra parte, al aumentar el contenido de materia orgánica en la tierra, el suelo logra almacenar más agua durante períodos más largos, contribuyendo a que los cultivos puedan ser productivos bajo condiciones climáticas áridas severas.

Además, la agricultura regenerativa cobra cada vez más relevancia como parte de las soluciones a la crisis climática actual, debido a la fijación o captación del carbono orgánico en los suelos. Esto viene de la mano de la agricultura del carbono (Carbon farming), que consiste en mantener un suelo fértil y sin arar, para que pueda secuestrar el carbono atmosférico (CO2), ayudando a descontaminar. En caso contrario, al labrar la tierra, el carbono almacenado es liberado a la atmósfera, aumentando los gases de efecto invernadero. Por lo tanto, un suelo más sano y que sufre menos alteraciones, tiene mayor potencial de absorción y de retención de gases de efecto invernadero, principalmente el CO2.

“La agricultura regenerativa cobra cada vez más relevancia como parte de las soluciones a la crisis climática actual, debido a la fijación o captación del carbono orgánico en los suelos. Esto viene de la mano de la agricultura del carbono (Carbon farming), que consiste en mantener un suelo fértil y sin arar, para que pueda secuestrar el carbono atmosférico (CO2), ayudando a descontaminar”.

Algunos proyectos de agricultura regenerativa

Regenerativa

Creada para articular y ejecutar acciones regenerativas desde Chile, nace Regenerativa en el año 2015.  En el 2021, 6 años más tarde, lanzan Fundación Regenerativa. Su equipo integra profesionales de las ciencias ambientales y sociales y su trabajo se encuentra desplegado a lo largo de Chile -haciendo visible la descentralización- Trabajan principalmente en Santiago, Cauquenes, Concepción, Huincacara y Frutillar/Puelo. 

Entre sus proyectos más destacados se encuentra Regenerando Chile, que desarrolla un instrumento de catastro para identificar predios privados cuyos encargados tengan interés en realizar acciones de regeneración de suelo o conservación. Tambien, Isla Mocha Regenerativa, un programa de Regeneración Comunitaria de Isla Mocha, que desde el año 2020 trabaja con la comunidad para regenerar y restaurar la salud del ecosistema de la isla. Además desarrollan contenido educacional y organizan instancias formativas para fortalecer las capacidades de regeneración en las comunidades. Por último, Regenerativa distribuye y ofrece servicios de capacitación en el uso de SIMAPRO, un software líder a nivel mundial para la realización de análisis de ciclo de vida. 

©Regenerativa

Si quieres profundizar más en este proyecto visita https://www.regenerativa.cl/ 

Huerto Cuatro Estaciones

Su huerto biointensivo está ubicado en la ribera del lago General Carrera, en la región de Aysén, a 15 kilómetros de Puerto Guadal. Los fundadores del huerto son ingenieros agrónomos de la PUCV y desde el año 2012 se dedican a los huertos orgánicos, logrando que actualmente sean 10 personas las que están directamente relacionadas al proyecto. El corazón de Huerto Cuatro Estaciones lo forman un grupo de personas con un propósito en común: demostrar que es posible producir alimentos sin venenos, sin fertilizantes sintéticos, desde suelos en regeneración, creando bienestar para las familias que consumen sus productos, para las y los trabajadores del huerto.

En concreto, cada semana entre noviembre y mayo, el huerto biointensivo logra alimentar a unas 400 personas, gracias a los alimentos que se dan en los 2500m2 de camas de cultivo. La temporada 2022-2023 será la quinta desde que se instalaron en Patagonia, siendo un proyecto que ha tomado fuerza y se ha logrado mantener exitosamente en el tiempo. 

Si quieres profundizar más en este proyecto visita https://huertocuatroestaciones.cl/ 

©Huerto cuatro estaciones
©Huerto cuatro estaciones

Rodale Institute

Desde 1947 ha trabajado por promover una forma natural y más responsable de agricultura moderna, mediante la realización de investigaciones sobre el cultivo de suelos sanos y vivos. Fue fundado por JI. Rodale, un emprendedor con un gran interés en la agricultura orgánica, quién realizó numerosos experimentos de cultivo, notando que la salud de la tierra mejoraba y compartiendo sus hallazgos en la revista Organic Gardening and Farming y en el libro Rodale’s Pay Dirt, centrado en los vínculos entre la agricultura química y el deterioro de la salud pública. 

Hoy en día, Rodale Institute lleva a cabo investigaciones innovadoras sobre la agricultura orgánica regenerativa, donde la investigación científica es un fuerte y proporciona evidencias que ayudan a mejorar su trabajo. Estos estudios científicos son realizados directamente en los campos y en los alimentos, estando disponibles para el público en su página web. Además, ofrecen programas de capacitación para agricultores, seminarios web, educación al consumidor a través de pasos sencillos pero profundos que todos podemos hacer. 

Si quieres profundizar más en este proyecto visita https://rodaleinstitute.org/

Rodale Institute lleva a cabo investigaciones innovadoras sobre la agricultura orgánica regenerativa, donde la investigación científica es un fuerte y proporciona evidencias que ayudan a mejorar su trabajo. ©Zoe Schaeffer

Empujando el cambio

Si no somos agricultores, ¿cómo podemos ayudar? Diría que comprando productos que vengan desde una visión regenerativa, difundiendo esta información, apoyando políticas locales que vayan en esta línea, informándose acerca de los contaminantes asociados a la agricultura convencional, etc. Esto puede ayudar a discernir en la elección de nuestras fuentes de alimentos. Y, por último, también podemos apoyar y/o impulsar proyectos que compartan la visión de una cultura regenerativa, lenta y sana. 

Referencias:

Evaluación Arancelaria y Comercial del CPTPP: Un análisis basado en la evidencia. 2023. 

Regenerative Agriculture: Farm Policy for the 21st Century – NRDC Report  

Rhodes CJ. 2017. The Imperative for Regenerative Agriculture. Science Progress. 100:80-129. 

Imagen de portada: ©Markus Spiske