Es en estos meses donde el misterioso universo del Reino Fungi se percibe con su mayor desplante y belleza. Y gracias al enorme trabajo de investigación y divulgación que hace una década ha llevado a cabo los amigos de Fundación Fungi, que hoy nuestro conocimiento en torno a este reinado no solo se ha enriquecido y ampliado, sino que se ha democratizado para llegar a nuevo ámbitos y actores de la ciudadanía. Así, por ejemplo, hoy sabemos que muchísimas especies de los bosques están íntimamente interconectadas con los hongos y que por tanto dependen de ellas, también que los hongos son los grandes recicladores de material orgánico de la naturaleza. Sin ir más lejos, Chile se transformó en el primer país en incluir a los hongos como organismos que deben ser evaluados ante el impacto de las actividades humanas sobre la naturaleza.
Y aún así, ¡cuánto nos falta para identificarlos y nombrarlos con la dignidad que merecen! Solo conocemos del 5 al 10% de la biodiversidad mundial del Reino Fungi, y conceptos como esporoma, píleo, estípite y lamelas – que describen su elegante morfología – recién comienzan a ingresar a nuestro vocabulario funguístico. Sabemos que el lenguaje crea realidad y que es fundamental para visibilizar y cuidar a este pequeño enorme mundo de los hongos. “De pequeños nos enseñaron lo que era una planta y animal, pero poco o nada de los hongos”, dice Daniela Torres, directora de Fundación Fungi. Por ello, otra de las invitaciones de esta ONG es que hoy, al hablar de los habitantes del mundo natural, hagamos manifiesta la tríada que es indisoluble: Flora, Fauna, y Funga!
Estamos viviendo la sexta extinción masiva de especies y hoy más que nunca, es importante explorar y proteger los territorios de la diversidad del Reino Fungi.
En este artículo queremos poner de relieve algunas iniciativas editoriales y ciudadanas que Fundación Fungi y todo su equipo han llevado a cabo para divulgar con fuerza el conocimiento en torno al poco conocido Reino Fungi. Hoy queremos destacar las Guías de Campo Hongos de Chile Vol. I y II, materiales imperdibles para este otoño para sacar a relucir nuestro impulso de naturalistas a ras de suelo. (Para conseguir las guías de campo aquí.)
Por cierto, durante la creación de estas guías, se descubrieron nuevas especies para Chile que están descritas en los libros, como la Amanita galáctica, muy similar a la clásica callampa roja con puntos blancos Amanita muscaria, pero la primera, de un barroso color negro con pintas blancas. Cabe destacar también la amplia variedad de especies con deliciosas cualidades culinarias presentes en la guía que han cautivado a grandes y pequeños cocineros.
Las guías están impecablemente descritas y fotografiadas por un equipo de expertos del detalle y la observación, y ante todo, nos invitan a recordar que los hongos son cruciales para mantener los hábitats saludables, que tienen una altísima complejidad y que por ello no son plantas ni animales, sino organismos que forman su propio reino, el Reino Fungi, que incluye levaduras, mohos, líquenes, orejas de palo y callampas, entre otros.
Pero ahora, ¿cómo comenzar a encontrar e identificar los hongos? Sabemos que esto puede ser complejo para cualquier naturalista principiante. Por eso, con el propósito de impulsar una campaña de ciencia ciudadana, Fundación Fungi lanzó la iniciativa “Lo que TÚ ves importa”, en donde a partir de una reflexión del complejo momento ambiental que vivimos marcado por la sexta extinción de especies, hacen un llamado urgente a explorar los territorios y su biodiversidad.
“Buscamos que esta campaña no sea solo una herramienta científica, sino que invite a abrir los ojos y descubrir un nuevo reino, porque cada encuentro, cada coincidencia con los hongos, es importante. No queremos que la información se quede en un laboratorio o un museo, sino que todas las personas puedan acceder y experimentar este conocimiento”, sostiene Daniela Torres.
Para Giuliana Furci, micóloga fundadora de Fundación Fungi, uno de los aspectos más relevante a la hora de buscar hongos es recordar que se asocian con plantas y animales en específico. Por eso, crearon un nuevo protocolo de colecta, que incluye desde datos para la observación en terreno, cómo hacer una buena toma de muestra, el tipo de fotografía a capturar, incluso el trabajo posterior de deshidratado. “Si bien el protocolo de colecta existe hace tiempo, hicimos algunas modificaciones como ciertos datos para hongos que son más difíciles de registrar o muestrear”, cuenta Daniela Torres, directora de la Fundación. Puedes descargar aquí el protocolo de colecta creado por Fundación Fungi.
Así que no queda más que arrodillarse en la tierra para observar a estos bellos y misteriosos seres del bosque y así seguir con la misión de divulgar la ciencia ciudadana durante este otoño!
Te invitamos a conocer más de la campaña “Lo que TÚ ves importa” en el siguiente video.
Imagen de portada: Un atractivo Cortinarius magellanicus se asoma en los bosques del sur de Chile. © Fundación Fungi.