Antes de iniciar el último recorrido tras cuatro días de navegación, estuvimos esperando en el muelle frente al Ranko Lafken (lago Ranco) al lado de la cara de roca impresionante del cerro Huequecura. Éramos un grupo de más de 20 personas, entre ellas gente adulta, jóvenes y niñxs de Isla Huapi, Maihue, Calcurrupe, Futrono y otros lugares; algunas científicas, periodistas, artistas y pu wenuy (amigos) del territorio. Fue un viaje familiar que se acomodaba a los distintos ritmos de quienes estuvieron presentes, recorriendo en kayak, bote y auto desde Rupumeica y pasando por el Likan Leufu (río Calcurrupe).
Esta aventura de exploración e investigación colectiva marcó otro momento de una colaboración que lleva cuatro años sucediendo y que hemos nombrado Colectivo Epu Lafkenmapu, el cual tomó la meta de la soberanía de datos como un eje político. Tiene ese nombre porque intenta trabajar de forma integrativa en base al conocimiento científico y la cosmología mapuche, fusionando prácticas, herramientas y educándonos en diversos saberes de forma intergeneracional. Para esto, desde nuestro inicio nos reunimos mensualmente a organizarnos y aprender respecto a las propiedades del agua y el funcionamiento de las leyes en este país. Esta colaboración williche y científica nos va llevando a entender, proteger y viajar por donde fluyen las aguas de este territorio.
El Puelwillimapu es el territorio ancestral del Pueblo Mapuche-Williche. El uso espiritual del agua para el territorio incluye el uso cotidiano y ceremonial, donde se busca agua para beber, bañarse y donde se sustenta la vida en el territorio. Azmapu es el orden territorial que estructura la forma de vida y las prácticas culturales mapuche. Dentro del territorio sagrado, todo esto se hace con respeto, pidiendo permiso con ceremonia para tomar agua, y ocupándose de no perturbar el equilibrio. El uso ceremonial necesita agua pura, agua viva para hacer bien labores fundamentales como el müday –bebida ancestral mapuche a base de trigo para ofrendar al Ngen Ko, espiritu protector del elemneto vital – Agua Sagrada– y mantener el küme mogen (buen vivir) y el itxofilmogen (biodiversidad).
Con nuestras bolsas, instrumentos y canastos, esperamos con anticipación a viajar por esta ruta ancestral. Además de conectar con la memoria de antepasados y acceder a la información que brota de esa conexión con el ko, la Ruta del Wampo a su vez cumplió el rol de estudio longitudinal para conocer la salud del agua. A la fecha hemos realizado tres transectos** anuales (método de las ciencias sociales para medir impactos, adaptado de la caminata a la navegación en bote) para medir el nivel de pureza y de contaminación de los lagos, y llevamos varios meses desarrollando un sondeo quincenal que practican directamente las y los habitantes de cada territorio involucrado en el estudio, quienes a través de la utilización de kits autónomos, coordinan la logística del muestreo y luego las envían al laboratorio.
“El Colectivo Epu Lafkenmapu intenta trabajar de forma integrativa en base al conocimiento científico y la cosmología mapuche, fusionando prácticas, herramientas y educándonos en diversos saberes de forma intergeneracional”.
En Isla Huapi sus habitantes todavía toman agua directamente del lago, y si bien las aguas del Puelwillimapu son aguas limpias de por sí, los lagos Maihue y Ranco ya evidencian la presencia de algas debido a un aumento de nutrientes que llegan especialmente con la contaminación del verano cuando el turismo aumenta. Otras amenazas constantes a la salubridad del agua, es que en Futrono, Llifén y lago Ranco no hay sistemas para saneamiento de aguas negras y con alta pluviosidad las aguas negras se descargan directas al lago. También la implementación de campings y nuevas cabañas que no cuentan con fosas sépticas, sumado a las lanchas de motor que llegan cada verano, genera tensión en las comunidades que ya observaron lo sucedido con el Lago Villarrica. El contraste de estas amenazas con el newen (energía vital) del territorio es impresionante.
La importancia de esta navegación de arriba hacia abajo nos permitió apreciar las riberas y lechos y tomarlos como indicadores para determinar si es que las aguas están o no en buena calidad. También el aire y el entorno, porque el entorno afecta a los cuerpos de agua y se puede visualizar desde las riberas si hay pérdida de vegetación nativa, si es que hay más plantaciones o una nueva piscicultura se puede visualizar desde el recorrido en el bote.
Esta ciencia intercultural recibe la colaboración de líderes y familias williche con interés en proteger el ko y así se abre un espacio de diálogo y experiencias que dan la razón para seguir juntándose. Con la crisis climática, el conocimiento ancestral se ha vuelto indispensable, cómo también lo es construir un puente para traducir el conocimiento ancestral al mundo wingka (Chileno, Global). Históricamente la ciencia fue una herramienta para el colonialismo, sin embargo, hoy también sabemos que así como una vía para la dominación, la ciencia también es capaz de aportar a la soberanía territorial que se expresa distinto dependiendo del momento y territorio.
Moverse por las aguas es formar parte de un ciclo del ko que incluye los pewma (sueños), como viajamos en las noches y como viajamos cuando nos pasamos al Wenumapu (Tierra de arriba). También viajar en wampo se refiere a las relaciones territoriales ancestrales con territorios más amplios, con viajes anuales que hacemos como parte de las rutas que nuestros ancestros hicieron. Las aguas unen los territorios. Cada lof en el Puelwillimapu está unido por ríos y esteros. El hecho que el agua vuelva cada noche arriba de la montaña significa que la contaminación que ocurre en aguas abajo llega arriba. El agua está viva. Cuando una central hidroeléctrica es instalada y no corren las aguas, el agua se muere.
Se requiere establecer en un contexto plurinacional, una metodología o forma de reconocer que todos los seres –humanos y no humanos– forman parte del ciclo del agua hidro-social en el territorio, y que también son parte del equilibrio y la sanidad de las aguas. El uso ancestral histórico de las aguas por comunidades ancestrales en Chile es un concepto que fundamenta la preservación y/o restitución de las aguas usadas tradicionalmente por las comunidades indígenas.
Ante este escenario, nos reta la posibilidad de crear un sistema intercultural que cuide la salud del ko desde, para y con los conocimientos mapuche-williche de la cuenca y con aporte técnico para enfrentar el mundo chileno y sus deficientes políticas medioambientales. Este desafío no separa la protección hidro-ecológica de la perseverancia política y territorial de las comunidades, sino que comprende la importancia de producir conocimiento, cuidar el ko y respetar la autonomía mapuche como ingredientes que conforman un mismo proceso territorial.
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* Encuentro de las aguas.
** El transecto caminando es un método en las ciencias sociales. Colaboradores de Epu Lafkenmapu adaptaron transectos en bote para documentar impactos en los ríos y lagos por el extractivismo (centrales hidroeléctricas y pisciculturas) y conocer las cuencas con la colaboradora Dra. Sarah Kelly en 2016 (véase Kelly 2018; 2019; 2021). En Epu Lafkenmapu se adaptó esta metodología por el kimun territorial y la colaboración de científicos.
Imagen de portadas: ©Sarah Kelly
Edición: Sarah Kelly y Mane Osandón.