Tiuque: el gran oportunista sudamericano

El tiuque, chimango o cuervo de Sudamérica (Milvago chimango) suele llamar la atención por ser parecido a un halcón o aguilucho o, por el contrario, pasar desapercibido al ser una especie bastante fácil de visibilizar. En este artículo queremos revertir el desinterés de esta especie por ser un ave “muy común”, o “muy típica” y presentar a esta fascinante rapaz que se caracteriza, además de ser muy social, gregaria, inteligente y tener una destacada capacidad de coexistencia con el ser humano, por su vital rol en el ecosistema.
El tiuque, chimango o cuervo de Sudamérica (Milvago chimango) suele ser un ave muy común. © wingsfromsouth.

Al atardecer pueden ser vistos volando y trinando desmesuradamente por cientos para luego ir a los árboles a encontrar una rama que les permita pasar la noche y así, al día siguiente con el alba, vuelvan a emprender el vuelo y seguir con su búsqueda de alimento.

Los tiuques pertenecen a la familia de los falcónidos (Falconidae) que algunos autores los clasifican en los Falconinos o subfamilia Falconinae que vendrían agrupando a las rapaces diurnas que capturan su alimento al vuelo en picada con velocidades récords y a la subfamilia Polyborinae o Caracarinae como las que cazan sus presas en el suelo y que frecuentemente comen carroña, clado al cual pertenece el Tiuque.

Tiuque de coloración más oscura (sur de Chile). © wingsfromsouth.

Esta especie se encuentra en Argentina, Uruguay, Paraguay, sur de Brasil y Bolivia. En Chile se registra desde Copiapó hasta el extremo sur y a nivel insular en islas cercanas a la costa, como también en Rapanui. Habita comúnmente desde el nivel del mar hasta los 1.800 msnm, aunque se ha registrado hasta los 4.000 msnm según el Atlas de las Aves Nidificantes de Chile.

Habita prácticamente en todo tipo de ambientes: playas, cordillera, zonas rurales, zonas urbanas, bosques, zonas agrícolas y muchas veces se señala que es la contraparte ecológica de los cuervos o en otras palabras su homólogo sudamericano.

El tiuque habita prácticamente en todo tipo de ambientes. © wingsfromsouth.

Mide entre 37 a 40 centímetros y su envergadura alar, es decir la longitud entre los extremos de las alas, es de 90 centímetros. Su plumaje no llama mayormente la atención como otras especies y va desde tonos cafés oscuros a cafés claros con un barrado café amarillento por el cuerpo. Las alas presentan un parche café amarillo y la cola tiene una ancha banda subterminal café oscuro que contrasta con una blanca y delgada banda terminal. La base de la ranfoteca o pico es azulada y tiene áreas desnudas en la cara. Las patas tienen garras poco desarrolladas en comparación con otras especies de la familia Falconidae y el único dimorfismo sexual que presentan es el color de las patas que en el macho es amarillento y en la hembra es gris.

Se puede encontrar en solitario o en grupos de cientos, formando dormideros comunitarios en época de otoño e invierno. Es un ave bastante bulliciosa especialmente en la etapa reproductiva y durante el crepúsculo donde se pueden escuchar al unísono a decenas de ellos sobrevolando antes de ir a dormir en lo alto de los árboles. Es confiado con el humano y su clásica y fuerte serie de vocalizaciones una vez que las emite se hacen más cortas y seguidas.

Tiuque raspando los restos de carne de un resto óseo. © wingsfromsouth.

Se trata de una especie omnívora y básicamente carroñera que patrulla los cielos incansablemente con vuelos erráticos alternando aleteos y planeos en búsqueda de su alimento. Aunque se caracteriza por ser bastante oportunista, puede cazar pequeños vertebrados e invertebrados en el suelo, puede atacar animales heridos o muertos y también puede robar huevos y pichones de otras especies. El tiuque es bastante caminador a la hora de buscar alimento; escarba en la tierra o en el estiércol buscando lombrices y larvas de insectos. También suelen posarse en ramas, postes o alguna construcción que le permita divisar en forma pasiva a una posible presa y cuando hay animales de abasto como ovejas y vacas se les puede ver sobre éstas buscando alguna garrapata en su lomo. Muy común es verlo tras los arados aprovechando de capturar insectos y larvas que quedan al descubierto y a más de algún descuidado maestro asador se le ha desaparecido un trozo de carne que ha dejado al alcance de estos maravillosos reyes oportunistas.

Cuando un individuo encuentra alimento es común que otros lo persigan para tratar de arrebatárselo en vuelos rápidos y arriesgados. Debido a su variada dieta, lamentablemente se le puede encontrar en vertederos y donde quiera que exista basura a su alcance. 

La época reproductiva va desde septiembre a febrero. El macho corteja a la hembra ofreciéndole pequeñas presas y una vez que forman pareja, realizan la puesta de 2 a 4 huevos color crema con manchas pardo rojizas que son incubados durante aproximadamente un mes. Los polluelos son nidícolas, es decir las crías nacen sin estar completamente desarrollados (sin plumas) y por lo tanto necesitan del cuidado de sus progenitores. En el caso de esta especie, tanto el macho como la hembra se encargan de su alimentación y crianza hasta que abandonan el nido cerca de 35 a 40 días después.

Nidifican principalmente sobre árboles, aunque se han registrado nidos en juncales, arbustos, en el suelo, utilizando nidos abandonados de otras especies y en espacios urbanos de altura elevada. En este sentido, presentan una sorprendente adaptabilidad al entorno. Sus nidos no tienen una arquitectura uniforme, debido a la heterogeneidad de espacios en los cuales los montan, pero en general son construidos con ramas secas, largas y delgadas y son forrados con material suave como pasto seco, heno, lana o crin y generalmente son reutilizados por varios años.

Las parejas de tiuques defienden sus nidos y polluelos agresivamente en contra de intrusos de su misma especie o de otras especies de aves rapaces, incluso de mayor tamaño que ellos. Los ahuyentan mediante vuelos en picada y giros de espalda rápidos cuando son contraatacados. 

Ahora bien, ¿cuál es el rol de esta especie en nuestro ecosistema? Podemos indicar que gracias a su oportunismo respecto del alimento y también gracias a encontrarse en la cima de la trama trófica, son considerados, en el área rural, como un ave beneficiosa para labores agrícolas ya que consumen insectos considerados plagas y especies que son catalogados dañinos para algunos vegetales y cultivos. En el mismo sentido, en el área urbana, ayudan a controlar poblaciones de especies no populares como algunos roedores que pueden transmitir enfermedades al ser humano.

En el área urbana, ayudan a controlar poblaciones de especies no populares como algunos roedores que pueden transmitir enfermedades al ser humano.

Esta especie está clasificada en “preocupación menor” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, presenta muertes por causas antropogénicas como choques con vehículos en carreteras, caza e intoxicaciones directas o indirectas al consumir otras especies muertas por envenenamiento. 

Siendo la especie rapaz más extensamente distribuida y abundante en Chile ¡Te invitamos a ser fans de ésta increíble y oportunista ave que convive con nosotros!

Imagen de portada: © wingsfromsouth.