La urgencia de proteger las montañas de Putaendo

Por Lidia A. Corona, redactora de naturaleza en behance.net/Li_Corona “Manantiales que brotan de pantanos” así lo observó la sabiduría ancestral y así quedó documentado… “Putraintú” (en vocablo mapuche). La ciudad de Putaendo (voz españolizada) está ubicada a 115 kilómetros al norte de Santiago, cuenta una población de 16.754 habitantes y es, hasta el momento,  la única […]

Por Lidia A. Corona, redactora de naturaleza en behance.net/Li_Corona

“Manantiales que brotan de pantanos” así lo observó la sabiduría ancestral y así quedó documentado… “Putraintú” (en vocablo mapuche).

La ciudad de Putaendo (voz españolizada) está ubicada a 115 kilómetros al norte de Santiago, cuenta una población de 16.754 habitantes y es, hasta el momento,  la única cuenca hidrográfica libre de gran minería, con 126 mil hectáreas de montaña, sin protección ambiental.

Putaendo no deja de sorprender con sus riquezas naturales. Tanto así, que recientemente la pareja de botánicos Arón Cádiz y Carolina Aliaga ha estado trabajando en una nueva especie descubierta en los Altos de Putaendo. Se trata de la Avellanita bustillosii, la cual se encontró en 2016 al costado del sendero, en un fondo de quebrada con abundante vegetación. En ese punto se identificó una población de 17 especies, de las cuales dos tenían frutos y cinco mostraban signos de herbivoría (susceptibles de depredación).

Otra población de Avellanita bustillosii se encontró en la Quebrada Herrera (al sur de la Quebrada de Granallas), la mayoría también con signos de herbivoría.

La Avellanita bustillosii no se veía hace más de un siglo en la región de Valparaíso

Este hallazgo es muy importante, ya que hace más de 100 años que no se registraba la presencia de esta especie en la región. Es urgente que esta especie y su hábitat posean conservación en el SNASPE (Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado) debido a que actualmente está expuesta a diversas amenazas: la actividad agroindustrial, proyectos mineros y la sequía.

Impresiona además la presencia de ocho especies de flora nativa en riesgo, representativas de formaciones como suculentas, matorrales y bosques esclerófilos y xerófito, como la Azorella ruizii (Llaretilla), Cumulopuntia sphaerica (Cactus gatito) Cheilanthes glauca (Helecho seco), Adiantum chilense Kaulf (Palito negro).

En cuanto a la fauna, de las 21 especies en peligro, en este lugar podemos observar algunas como Liolaemus (lagartos), Histiotus (murciélagos) Rhinella (sapitos), culebra cola corta, pato cortacorrientes, pumas, gato colo-colo, chingues, vizcachas y guanacos.

Las montañas de Putaendo guardan 154 glaciares de roca. Estos son de gran importancia hidrológica, ya que mantienen los caudales de agua en períodos de sequía, sobretodo para la zona central de Chile. Ante la evidente desertificación, estas formaciones de las montañas se transforman en un reservorio hídrico, permitiendo que comunas como Putaendo puedan mantener un caudal casi permanente a pesar de no tener nieve ni glaciares blancos en sus montañas.

Las montañas de Putaendo son un reservorio natural para especies como cóndores, guanacos, gato colo-colo, vizcachas y pumas. Muchas de estas especies se encuentran bajo grave amenaza.

El glaciólogo Hans Fernández Navarro define a estos glaciares como “una reserva de millones de metros cúbicos de agua, cuyo rol contribuye a mantener el caudal de los ríos, cumpliendo una función importantísima de regulación, al congelar las nieves de invierno y entregarlas con los deshielos del verano”.

Los humedales también forman parte esencial en este prístino escenario de las montañas de Putaendo, encontrándose 66 humedales altoandinos, indispensables por las funciones ecosistémicas que brindan a la humanidad. Desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción y biodiversidad hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático. Por eso resultan vitales para la supervivencia humana, siendo uno de los entornos más productivos del mundo, cuna de la biodiversidad, fuentes de agua y productividad primaria de las que  innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir.

La yareta (Azorella madreporica) es un cojín arbustivo que crece en lo alto de las montañas y se asemeja a un coral.

“Las montañas son lugares bellos y atractivos pero a la vez llenos de turbulentos peligros, donde los seres humanos tienen cabida sólo momentáneamente y siempre que la naturaleza lo permita”, sostiene Helvio Soto Salles en el libro minero “Riesgos y peligros, exploraciones geológicas para la minería en gran altura”.

Pero no siempre el ser humano pide permiso a la naturaleza. Es el caso de la empresa canadiense Andes Copper, quienes han puesto sus ojos en la montaña de Putaendo para establecer el proyecto minero “Vizcachitas”. La empresa ya obtuvo los permisos para realizar 350 sondajes en la montaña.

Lo anterior genera una gran preocupación en la comunidad, debido a la gran sequía que afecta desde hace algunos años la región, decretada en 2019 como zona de catástrofe y donde los crianceros vivieron la dramática situación de perder a sus animales por falta de agua y pasto. Esto no es un hecho aislado, puesto que la zona central sería afectada por el cambio climático con una pérdida de un 15% de precipitaciones (IPCC).

El proyecto minero “Vizcachitas” de la empresa Andes Cooper amenaza con intervenir el valioso ecosistema que permite la subsistencia de comunidades como Putaendo o “Putraintú”, en mapudungún.

Este es el valioso ecosistema de Putraintú, que merece ser protegido con urgencia, pues bien sabemos que la naturaleza coexiste en un perfecto equilibrio del cual depende nuestra subsistencia. Es fundamental comprender fehacientemente que adentrarnos en las montañas debe ser sólo momentáneamente y siempre que la naturaleza lo permita.

Imagen de portada: Sector La Launas, Putaendo.