Centros de cultivo que amenazan la costa de Ñuble

Inversiones Pelícano S.A. es la empresa que busca instalar 11 centros de cultivo en las costas de Cobquecura, Coelemu y Trehuaco, proyectos a los que se opone el movimiento Todos Somos Cobquecura, el cual defiende la zona por su alto valor natural y cultural. Los habitantes de Cobquecura ya conocen lo que significa la amenaza industrial para […]

Inversiones Pelícano S.A. es la empresa que busca instalar 11 centros de cultivo en las costas de Cobquecura, Coelemu y Trehuaco, proyectos a los que se opone el movimiento Todos Somos Cobquecura, el cual defiende la zona por su alto valor natural y cultural.

Los habitantes de Cobquecura ya conocen lo que significa la amenaza industrial para su mar y territorio. En 2008, una parte de la comunidad firmó un acuerdo con la Industria de Celulosa y Forestal Nueva Aldea de Celco Arauco para instalar un ducto de descarga de desechos que prometía no dejar ninguna huella ecológica. Sin embargo, este conducto presentó varias filtraciones (al menos tres: en  2009, 2013 y 2016). Hoy en día, las costas de la comuna tienen una nueva amenaza y se llama Inversiones Pelícano S.A.

La empresa del grupo Stengel pretende instalar 11 cultivos de salmonicultura y acuicultura industrial a lo largo del borde costero de Cobquecura, Coelemu y Trehuaco, con proyectos planificados para Punta Purema, Estero Perales, Mela, Noroeste de Cobquecura, Santa Rita, Monte del Zorro, Achira, Colmuyao y Rinconada, los cuales afectarán -incluso- al santuario de la Naturaleza Islote y la lobería Iglesia de piedra.

Todos ellos tienen sus propias declaraciones de impacto ambiental presentadas ante el Servicio de Evaluación Ambiental, sitio donde al colocar el nombre del proyecto, se pueden observar las intenciones de la empresa, que busca la producción de unas 20.900 toneladas de cojinova del norte, 6.798 de choros, 220 de huiro y 33.000 de salmones.

Toda esta planificación busca insertarse en un lugar donde existe una población de delfines chilenos (Cephalorhynchus Eutropia), una lobera reproductora con más de 3000 especies y un paso frecuente de ballenas Sei (Balaenoptera Borealis). Además de una gran cantidad de humedales con flora y fauna endémica de la zona. “Es todo lo queremos proteger y conservar para potenciar Cobquecura como una comuna netamente turística”, señalan sus integrantes.

Todos Somos Cobquecura

Ante la situación, la ciudadanía ñublense ya ha tomado acciones para impedir este crimen ambiental a través de Todos Somos Cobquecura, movimiento socioambiental que se opuso fervientemente a la planificación, denunciando a Pelícano S.A. por el fraccionamiento de sus proyectos y exigiendo incluir participación ciudadana dentro de cada uno de ellos.

Con esta acción, Pelícano S.A. deberá deberá volver a presentar las 11 declaraciones con las respectivas respuestas a las más de 3.600 observaciones realizadas por la agrupación, para octubre de este año. Así, la ejecución de los centros de cultivo se retrasaron por un año y ocho meses, ya que el proyecto estaba pensado para iniciarse en enero de 2016.

Todo este trabajo fue realizado por la unión ciudadana que se generó con la creación de Todos Somos Cobquecura, y así evitar los efectos negativos que la pesca industrial ya ha generado en las costas del sur de Chile con el fenómeno de la “marea roja” que el 29 de abril del año pasado dejó en estado de catástrofe a la isla de Chiloé.

“El movimiento está en contra de las salmoneras en Cobquecura, en general en contra de las salmoneras del país, porque para poder alimentar la industria se está arrasando con toda la pesca, o sea, está pescando para hacer harina de pescado, pues con 7 toneladas de pescado, produces una tonelada de salmón”, señala Cristóbal Bustos, Presidente integrante de TSC y presidente del comité de defensa para el borde costero de Taucú, La Achira y Santa Sita.

Para articular sus objetivos en el sector, Todos Somos Cobquecura creó cinco comités de defensa del borde costero: Cobquecura; Buchupureo; Puyai; Taucú, La Achira y Santa Rita; y Comuyao, que han trabajado haciendo difusión y promoción de la causa con las organizaciones locales de cada territorio. “Hay que entender que esta es una pelea macro en contra de los salmones, pero es muy importante lo que pasa en el territorio local”, enfatiza Bustos.

El líder ambientalista define este impulso ciudadano como una “fuerza fantasma”, que actualmente trabaja como hormiga para revocar la categoría de “triple a” o “áreas aptas acuícolas” para salmoneras que posee el borde costero de la provincia de Ñuble.