Julieta Fernández Cánepa creció en el norte de la Patagonia argentina. Estudió Bellas Artes en Buenos Aires, para luego convertirse en Profesora Superior de Arte. Sin embargo, siempre supo que quería vivir cerca de la naturaleza, sobretodo, cerca de las montañas. Por eso, al terminar sus estudios, se trasladó al extremo sur del continente: primero, al pueblo de El Chaltén (en Argentina) y luego a Puerto Natales, Chile, donde vive actualmente.
Al llegar a la Patagonia, Julieta se capacitó y comenzó a trabajar como guía de caminatas. Desde entonces combina su profesión de guía y pasión por las montañas, con diversos proyectos artísticos que desarrolla en forma más introspectiva durante los meses de invierno. Es el caso de PATAGONIA POSTERS, donde plasma increíbles imágenes de la naturaleza de la zona con un estilo propio ligado al vintage.
Revista Endémico conversó con la artista, quien cuenta cómo llegó a concretar estas obras, qué relación ve entre arte y medioambiente, y otros temas.
¿Cómo llegaste a la idea de realizar PATAGONIA POSTERS?
Todo comenzó porque un hotel en Puerto Natales (Hotel Índigo, parte de cadena de hoteles NOI y que fue ideado por una pareja de Europeos muy estilosos, él de Francia y ella española), iba a contar con una pequeña agencia de viajes junto a la recepción. La idea era promocionar los tours que vendería la agencia, con imágenes pintadas y no con fotos. Por eso me encargaron cuatro pinturas que fueron las primeras. Ellos querían que estas pinturas tuvieran un estilo vintage. Yo al final le di una vueltita y, en lugar de tratar de que parecieran de la época, hice algo muy típico de mi trabajo pero con un toque vintage: estilización de las figuras, marco de color, texto incorporado, tipografía esbelta, etc.
Una vez que esos cuadros estaban a la vista, los huéspedes del hotel comenzaron a preguntar si había láminas con esas mismas imágenes para comprar. Años más tarde, pinté una nueva serie de cuadros (la “Serie de 2011”) y surgió Patagonia Posters.
¿Y cómo ha sido la producción de estos posters y generar un diseño más masivo de ellos?
Fui descubriendo el negocio de a poco, tuve aciertos y desaciertos. Me costó mucho encontrar un fabricante de tubos que me vendiera mil y no diez mil, por ejemplo, y de a poco fui encontrando proveedores apropiados. Un gran tema es el envío de posters al extranjero, puesto que los correos muchas veces funcionaban mal, y montones de paquetes son extraviados o devueltos.
Lo más difícil fue la impresión, puesto soy muy exigente con el color. Hoy finalmente encontré una imprenta que me aguanta estar allí mismo, parada junto a la máquina, diciéndole al técnico “le sobra una pizca de magenta en el área de aquí, le falta un pequeño porcentaje de amarillo por allá, creo que esta zona quedó muy cargada de color, etc.”
Es así como los posters tienen un lado muy lindo, pues a mucha gente que los ve, les encantan, y quieren tener una obra original en ese estilo. Siete personas han comprado los cuadros originales de la colección de PATAGONIA POSTERS, pero hay otras cuatro personas que tienen pinturas mías en el mismo estilo, nunca impresas como posters: ellos las encargaron especialmente para tener la pieza única.
¿Qué relación tienes con el estilo vintage?
No diría que tengo una relación en particular con lo vintage, pero siempre me he sentido atraída a algunos aspectos del Art Déco y el Art Nouveau, sobre todo a su esteticismo. Me gusta muchísimo el carácter decorativo de esas antiguas publicidades de viajes y productos de los años ’30 y ’40.
No sé si mis posters son exactamente vintage, pero sí hacen una clara alusión a esas publicidades de viaje. Sin embargo, mientras los pinto, me distancio de las imágenes que inspiraron esta serie y e intento lograr algo más personal.
¿Qué relación puedes visualizar entre arte y medioambiente?
Arte y medioambiente pueden ir juntos o en contra, según cómo se lo mire. El arte puede -a través del mensaje- ser una herramienta de difusión de criterios de protección ambiental. Puede fomentar el cuidado a la naturaleza, mostrando y resaltando la belleza de este mundo y todas sus especies animales y vegetales, además del resto del sistema terrestre. Pero también, en el caso de cualquier obra y en particular de los posters, hay muchas veces un lado no tan ecológico: los materiales que usamos para pintar no siempre son amigables con el medio en su fabricación, desechar los potes en general tampoco es muy ecológico.
En mi caso, sufro mucho cuando en la imprenta veo pasar uno y otro pliego de papel por la máquina que imprime: cientos de papeles que son sólo pruebas de color, o que se descartan porque hay que imprimir muchísimos hasta que la carga de tinta es suficiente para hacer uno que se considere “bueno” o definitivo. Si bien esos papeles se reciclan para hacer cartón, es realmente duro ver la cantidad de papel blanco que la industria imprenta sacrifica cada minuto.
Entonces, aunque ilustro estos lugares prístinos con la intención de que siempre tengamos estos refugios de naturaleza, soy consciente de que lo que hago tiene también un impacto, puesto que la industria imprenta es realmente contaminante.
Ojalá que el balance final de lo que hago, si se pudiera medir, resulte positivo. Que traiga bienestar a las personas que cuelgan una obra mía, que sirva para seguir apreciando el mundo natural y que genere consciencia de la necesidad de cuidar estos lugares con su biodiversidad.
Puedes encontrar los posters de Julieta en: PATAGONIA POSTERS / MAPPIN