Juan Pablo Culasso es observador de aves, pero no ve a las aves de la forma que la mayoría de los observadores las ven. En realidad, no puede verlas, ya que nació ciego. El Uruguayo escucha las aves y ha desarrollado una capacidad para identificar sus cantos y melodías, y se ha propuesto el desafío de grabar sus sonidos para ayudar a conservar el patrimonio natural en archivos de audio.
Culasso puede identificar a más de 3,000 sonidos de aves y diferenciar a más de 720 especies. Dice que desde pequeño era capaz de lanzar piedras al agua y decirle a su papá cuál era el tono exacto que cada una hacía al tocar el agua. Esta habilidad, -llamada Tonalidad Absoluta-, implica poder escuchar un tono y saber de inmediato que es por ejemplo, un Re. Es un fenómeno muy poco común, y se dice que una de cada 10 mil personas lo tiene.
Cuando Culasso era pequeño aprendió sobre las aves en un enciclopedia que contenía un cassette de audio con los sonidos de las aves, y fue allí cuando se dio cuenta que podía memorizar las aves a través de sus sonidos.
Al descubrir su llamado siendo adolescente, se unió a un ornitólogo en una expedición el 2003. El experto de aves le regaló una grabadora, y eso marcó un precedente. Hoy, su pasión es grabar y aprender de los sonidos de la naturaleza, y ahora vive en Montevideo luego de pasar más de 10 años en Brazil estudiando Bioacústica.