No es novedad: todas las actividades y procesos que permiten que dispongamos de alimentos en nuestras mesas, desde su producción en los distintos paisajes productivos, hasta cuando se convierten en desechos luego de haber sido procesados, comercializados, transformados y consumidos, forman parte de un complejo sistema de alimentos. Al llamarlo sistema, hablamos de una cadena compleja donde todos sus eslabones están íntimamente relacionados y cuyo funcionamiento depende de un contexto natural, social y regulatorio que cambia constantemente. Desde ahí, las crisis ambientales y sociales de la actualidad, ponen a prueba constantemente los sistemas de suministro de regiones diversas en todo el planeta.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) hace años que advierte los riesgos asociados a este problema, al señalar que presiones como el crecimiento demográfico, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad producto de la expansión agropecuaria, ponen en peligro inminente la capacidad de las sociedades de proveerse alimentos nutritivos, accesibles y producidos de manera sostenible. Desde ahí, un grupo de investigadores chilenos trabaja para imaginar un sistema alimentario para la Región Metropolitana capaz de enfrentar con resiliencia los desafíos climáticos y socioeconómicos actuales.
Inspirados por levantar información que nos ayude a concebir y planificar un sistema alimentario más inteligente, sustentable y amable con la naturaleza, un grupo de expertos chilenos, desarrolló el proyecto “Sistema Alimentario Metropolitano”. Una iniciativa que busca construir una primera imagen del Sistema Alimentario de la Región Metropolitana y con ello, establecer principios para enfrentar los procesos que amenazan su sostenibilidad.
“Usualmente el sistema alimentario no se observa en su conjunto. Esto lo convierte en un fenómeno difícil de comprender y por ello, rara vez es abordado de forma integral: desde la planificación y las políticas públicas”, explicó Flavio Sciaraffia, el investigador responsable del proyecto.
El equipo liderado por Sciaraffia se compone de los investigadores Aníbal Fuentes, Andrés Señoret y Manuela Erazo, quienes levantaron sistemaalimentario.cl, donde, con infografías educativas y mapas, muestran la situación que hoy vive la región respecto a su cadena de alimentos. Complementariamente, se levantaron diversos de casos de estudio locales, cuyas prácticas y dinámicas tienen el potencial de reducir la vulnerabilidad que enfrenta el Sistema Alimentario de la región. Este proyecto, además, se concretó gracias al financiamiento del Fondo del Patrimonio Cultural —dependiente del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural— quienes también apoyaron la creación del perfil de Instagram: @sistemaalimentario.
La cadena
La idea de un proyecto como este lleva un par de años en curso. Comenzó durante la pandemia, realizando un complejo diagnóstico para representar territorialmente los patrones y dimensiones de los componentes del Sistema Alimentario Metropolitano. Y luego, siguió con un proceso destinado a destacar las amenazas que enfrenta la totalidad de los procesos involucrados.
Entre los primeros datos recaudados por el equipo, se comprobó que más de un cuarto de las especies de hortalizas producidas a nivel nacional, son cultivadas en la Región Metropolitana. Además, se constató que entre el 50 y 100 por ciento de la superficie de hortalizas cultivadas a nivel nacional, está dentro de esta Región. Esto se traduce en que el 60% de las hortalizas que llegan a los principales mercados mayoristas de la región, como Lo Valledor y La Vega, son producidas internamente en la Región Metropolitana. “Considerando esta realidad, se podría llegar a configurar un Sistema Alimentario altamente productivo y resiliente que, a pesar de enfrentar una de las sequías más severas de la historia reciente, continúe abasteciendo no sólo a la principal región del país, sino que también a los mercados que distribuyen al resto de las ciudades de Chile”, indicó el investigador Aníbal Fuentes, sobre este primer levantamiento.
A varios meses de iniciado el proyecto, Sciaraffia señala que necesitamos una adecuada planificación de las políticas y regulaciones que determinen el buen funcionamiento del Sistema Alimentario de Región Metropolitana, “con el objetivo de orientar su desarrollo bajo principios de sostenibilidad económica, reducción de impactos ambientales y alcance social distribuido de los beneficios de una alimentación sana y nutritiva”. Y añadió: “Con la realidad que vivimos hoy, se vuelve mandatorio prepararnos para cambios ambientales drásticos y esta, es una buena forma de comenzar”.