Octubre empieza con la reunión más importante de diseñadores a nivel nacional: Encuentro Local. Luego de su exitosa versión 2020, este año el evento contempla nuevos creadores y proyectos, cuyo invitado especial es Portugal. Como gran novedad y a tono con los tiempos, este encuentro será virtual. Desde el sitio web encuentrolocal.cl podremos acceder a diferentes proyectos, artistas y oficios gracias a la creación de una biblioteca web. Además, el programa contempla conversatorios, galerías que se estrenarán diariamente y espacios de reflexión en torno al consumo responsable y el bien común, que es el gran pilar que atraviesa la presente edición. Desde el 8 al 13 de octubre podrás disfrutar de las más de 60 marcas chilenas y portuguesas del diseño local, artesanía, mobiliario, vestuario y mucho más.
Los fundadores de Encuentro Local, Fabiola López y Joaquín Béjares, se propusieron este año abordar el concepto del bien común desde la perspectiva del diseño. Así, este evento muestra “el uso de materiales sustentables, el trabajo y remuneración justa del ecosistema manufacturero y el trabajo colaborativo con artesanos y comunidades” relatan los fundadores. En este sentido, Endémico web quiso destacar cinco proyectos que estarán presentes en este Encuentro Local y que trabajan con materiales ecológicos para asumir la crisis climática como punto crucial de todos sus quehaceres, y además, reconocer que el impacto de un objeto —cualquiera sea este— comprende un circuito mucho más amplio y complejo que la adquisición del mismo y su posterior desecho.
A continuación te presentamos, entonces, al Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (LabVa) y a Caro Pacheco, quienes trabajan con biomateriales; PlasticLup, proyecto que busca reutilizar el plástico; Constanza Bielsa, quien a partir de retazos de telas y otros materiales crea esculturas portables y Juana Díaz (JD) quién también trabaja con retazos y materiales descartados en la confección textil.
LabVa: Por una cultura material que vincule las comunidades y sus territorios
LabVa es el Laboratorio de Biomateriales de Valdivia. Desde el maravilloso sur de Chile trabajan cuestionando las materialidades que nos rodean. Su objetivo, nos cuenta Alejandro Weiss, arquitecto y fundador de LabVa, es “proponer una nueva cultura material basada en promover la biodiversidad de cada territorio”. Es así, entonces, cómo los miembros de este laboratorio se han planteado el desafío de crear una paleta de biomateriales heterogénea en base a materias primas —ya sea naturales o de desechos antrópicos— que se encuentren dentro del territorio.
LabVa, busca promover una nueva cultura material basada en promover la biodiversidad de cada territorio. © LabVa.
Desde la experimentación y la transdisciplina llegaron a una metodología de diseño basado en la biodiversidad. Así, los biomateriales que han generado surgen tanto del cultivo de organismos (GIY – Grow it Yourself) como de recetas de cocina (CIY – Cook it Yourself). Alejandro Weiss dice que lo fundamental a la hora de crear un nuevo biomaterial es que sigan ciertos valores y principios: “que provenga o sea cultivado a partir de una abundancia natural o antrópica, que sean capaces de nutrir al medio ambiente al momento de descomponerse, que promuevan la biodiversidad y la identidad local y que permitan promover la autonomía y soberanía material de los territorios”.
Este laboratorio no solo se propone como un grupo multidisciplinario que trabaja en la creación de biomateriales, sino también como una plataforma de educación y concientización de la ciudadanía. “La globalización ha descontextualizado la materia por lo cual se hace sumamente fácil de desechar” dice Alejandro. Entonces, para que la ciudadanía tome conciencia “debe entender lo que significa la creación de un material desde todas las comunidades involucradas hasta el impacto en el territorio. Materiales eternos deben ser pensados para múltiples aplicaciones permitiendo que tomen nuevas formas y usos a lo largo de su vida útil. Esta toma de consciencia es la que permitirá entender por qué es fundamental que cambiemos nuestra manera de consumir los materiales. Reemplazar el plástico no basta. No hay ecosistemas que aguanten el nivel de consumo que tenemos” concluye el arquitecto.
Parte de la 5ta versión del Tour de las Ciencias ANEB (2018) en el que LabVa participó. © LabVa.
En este sentido, los biomateriales son también una herramienta de agenciamiento, una herramienta política. Esto, “en la medida en que generan nuevas conciencias en el habitar y construir un territorio. Son herramientas de empoderamiento ciudadano a tener una mirada local en las lógicas materiales —narrativas y productivas— poniendo en valor la biodiversidad” afirma Alejandro. Además, dice el arquitecto, “buscar la autonomía y la soberanía material de los territorios desde el entendimiento de sus abundancias, ciclos y estacionalidades y desde la colaboración con otras comunidades, humanas y no humanas, en dinámicas no extractivistas son la excusa perfecta para crear una nueva matriz industrial chilena de una manera distribuida, colaborativa y sustentable”.
Conoce más de los biomateriales, proyectos y talleres de Lavba en https://www.labva.org/
Caro Pacheco: el poder del diseño y la colaboración para repensar las relaciones con la materialidad
Carolina Pacheco es una diseñadora integral “Chilombiana”, como ella misma dice —de origen colombiano, pero la mayor parte de su vida creció y vivió en Chile—. Actualmente trabaja en investigación, desarrollo y difusión de oficios asociados a biomateriales. “Conocí este mundo en mi último taller de la Universidad en el año 2017. En ese entonces no era un tema tan explorado en el contexto nacional, sin embargo, me motivó muchísimo conocer cómo en otros países los diseñadores estaban trabajando con organismos vivos y sus bioderivados usando el conocimiento y los recursos de la naturaleza para aplicarlo a un diseño más sostenible” relata Carolina o Caro, como le dicen sus cercanos. Así es como se fue sumergiendo en la exploración y diálogo que los biomateriales incitan. Comenzó a cuestionarse, entonces, desde su disciplina “el uso de estas materialidades y cómo se vinculan con otros temas como las ciencias, la democratización del conocimiento y el vínculo con el territorio” cuenta la diseñadora.
Caro Pacheco trabaja con organismos vivos y sus bioderivados. © Caro Pacheco.
Para Caro Pacheco es importante trabajar la materialidad en el contexto de la crisis climática global, “tan importante que ni siquiera debería ser un tema destacar a diseñadores que se centren en eso” comenta. Insiste en que si bien “la crisis en principio es gatillada por las actividades de la escala industrial y que se escapa un poco del comportamiento directo de la ciudadanía, cada aporte suma. El cambio es colectivo”. Además, aunque los efectos no se vean inmediatamente, las conductas que rigen el consumo y los vínculos con el entorno claramente se ven modificados. “De esta manera hay que hacernos cargo y ser responsables de nuestra práctica y proceso creativo” dice.
Su proyecto Calcáreo (2019) estudia la posibilidad de diseñar nuevos procesos de fabricación en diseño a partir de la bioreferencia de organismos calcáreos del ecosistema marino. © Caro Pacheco.
Así entonces, más allá de la relevancia de trabajar con materiales que provienen de recursos renovables, la diseñadora cree que lo importante es visibilizar el origen de estos materiales y a partir de ellos conversar cómo nos relacionamos con ellos. Es por esto que hoy no solo fabrica biomateriales, sino también es coordinadora y asesora general de las actividades del Laboratorio de Biomateriales en el Fab Lab Austral y participa continuamente de diferentes iniciativas que promueven el acceso y una perspectiva crítica a la hora de trabajar con biomateriales en diseño.
Todo su trabajo lo puedes ver en https://www.caropacheco.work/
LUP: artesanía y reciclaje plástico
Fundado por Javiera Badilla, Rafael Salas y Sebastián Santamaría, LUP es un estudio de diseño chileno que nace a fines de 2014. “Nació como proyecto de tesis en la universidad, en una búsqueda por aprovechar positivamente la durabilidad del plástico” nos comenta Rafael Salas. Escogieron el plástico porque “si bien tiene muchos usos y soluciona muchos problemas, no podemos olvidar que tiene otros efectos; entonces consideramos que es un buen ejemplo de un material donde no basta solo con reciclar, sino que debemos comprender mejor cómo lo utilizamos, cómo se produce, cuánto podemos producir y cómo lo gestionamos luego de utilizarlo” relata Rafael y agrega, “así fue como llegamos a elaborar la fibra de plástico reciclado que utilizamos actualmente, ya que nos dimos cuenta que podíamos extender la vida útil de este material al utilizarlo para fabricar objetos hechos a mano”.
Sebastián Santamaría, Javiera Badilla y Rafael Salas fundadores de LUP. © LUP.
Actualmente este estudio de diseño elabora una fibra flexible a partir de residuos plásticos, a la que han llamado Fibra LUP, la que utilizan para la fabricación de objetos y proyectos de diseño. Uno de los mayores desafíos con los que se han encontrado ha sido comprender cómo funciona la industria del reciclaje de plástico y cómo se puede aportar. Según Rafael “es necesario mejorar la gestión y acercar la cadena de reciclaje a sectores que actualmente no tienen la posibilidad de reciclar sus residuos, y que tampoco tienen la posibilidad de acceder a productos y servicios que eviten el uso excesivo de plástico; y esto ocurre principalmente porque desde el punto de vista logístico, no es rentable gestionar residuos desde esas zonas, más allá de que sea técnicamente posible”. Por este motivo, LUP busca fortalecer el rubro artesanal como actividad económica en el marco de la Economía Creativa, no solo para que nuevas generaciones vean en esta actividad una alternativa viable de desarrollo personal y profesional, sino también como una alternativa sustentable, capaz de gestionar residuos.
LUP busca fortalecer el rubro artesanal como actividad económica en el marco de la Economía Creativa. © LUP.
Para el equipo de LUP acercar los procesos productivos de la materialidad es importante en la medida en que esto ayuda a “entender que el impacto de un objeto no comienza cuando lo compramos y termina cuando lo desechamos, sino que abarca un horizonte de tiempo más amplio; además del uso, es importante entender cómo se fabricó y en qué condiciones, cómo se obtienen sus materias primas y cómo podemos aprovechar el valor de su materialidad cuando ya no lo necesitemos”. Así, no basta con cambiar la materialidad, sino que “se debe avanzar hacia modelos de producción y consumo más sustentables, es fundamental entender el impacto que tienen en el medio ambiente los procesos productivos y recursos que utilizamos” enfatiza Rafael.
Para más información del quehacer y los productos de LUP ingresa a https://www.plasticlup.com/
Constanza Bielsa: transformación del desecho en joyas
Constanza Bielsa es arquitecta de profesión y joyera de oficio. Desde este cruce “nace la necesidad por aprender a trabajar a una escala más pequeña, entrar a un mundo más micro, con más detalle” relata. Es en el año 2008 cuando Constanza comenzó a estudiar joyería, oficio del que se enamoró inmediatamente. Le atrajo “el trabajo con el fuego, la transformación de la materia, del metal sólido a estado líquido, con el que uno puede formar y deformar tantas veces quiera” cuenta. Agrega también que “con el tiempo fui aprendiendo técnicas, y experimentando con materiales que se trabajan usualmente en el aprendizaje de joyería contemporánea, como por ejemplo acrílicos, resinas, madera, textil, piedras, etc. Esto me hizo cuestionar el origen, el significado y lo que quería comunicar con el uso de los materiales”.
Constanza Bielsa crea joyas a partir de la experimentación con materiales sustentables, tales como retazos de telas, desechos y biomateriales. © Claudio Olivares.
En el año 2015, Constanza participó de un proyecto en el Centro de Innovación y Diseño Avanzado (CINNDA) donde se hizo un cruce con tecnologías digitales, “allí comencé a experimentar con textiles en desuso, papeles de origen orgánicos, desechos, cueros, y biomateriales” dice la arquitecta. Desde entonces, esta diseñadora se ha planteado desde las materias sustentables como una respuesta a la crisis medioambiental global que vivimos actualmente. En sus palabras “es fundamental reflexionar y cuestionarse sobre las materias primas que utilizamos, ya que hemos alterado demasiado nuestro ambiente”. Para ella es importante que “un objeto, producto, servicio, etc. sea planteado desde su contenido, más allá de su forma, función o belleza, y que este sea capaz de comunicar, solucionar y colaborar con sistemas que se involucran con temáticas actuales”. En este sentido y en el caso de la diseñadora “el trabajo con el textil como desecho, busca generar una reflexión y comunicar sobre la crisis de la industria textil, y lo que esta involucra en términos políticos, sociales, económicos y medio ambientales”.
El proceso de reflexión de la diseñadora está basado en la observación de la naturaleza, sus patrones y estructuras naturales. © Paula Henríquez.
Si quieres investigar más sobre el trabajo de Constanza ingresa al siguiente enlace https://www.constanzabielsa.com/
JD: la escasez como motor de creatividad
Juana Díaz es la persona detrás de la marca JD JUANA DÍAZ. La diseñadora comenzó su carrera en los años 80’ creando piezas textiles para danza contemporánea. Posteriormente trabajó en teatro, cine, publicidad y moda editorial. Desde el 2000 tiene su propia línea de diseño de moda. Sus creaciones destacan por la complejidad de los paños de tela elaborados mediante el Upcycling —técnica de reciclaje creativo que aprovecha residuos y los transforma en objetos de valor— y la versatilidad de sus prendas que se adaptan a distintos cuerpos y personalidades.
Quizás una de las características más importantes del quehacer creativo de Juana Díaz es su mirada crítica. Para ella, la moda es un ejercicio de resistencia. La indumentaria es concebida como una forma de expresión creativa, al mismo tiempo que lo es de activismo político. Así, la marca JD nace como una estrategia de adaptación de su propuesta al mercado, aunque también es su herramienta más efectiva para impugnarlo.
Juana Díaz modelando una de sus Telas del Futuros, 2017. © Alfredo Méndez
El cruce entre activismo y la industria del diseño textil tiene una raíz histórica. “Hace cinco décadas teníamos una industria textil local y de confección que satisfacía más del 90% de las demandas en el territorio. Había hermosas telas chilenas de muy buena calidad, lanas, algodones, linos. Ahora casi no hay telas chilenas, trabajo con los restos de los restos” cuenta la diseñadora. En este sentido, se ha perdido parte de la identidad de un pueblo, piensa Díaz, “por dejar de tejer sus tramas. Sin hilados y telas nos falta un texto fundamental para la construcción del tejido social. Como chilena cruzada por el horror de la dictadura, he sufrido mi vida entera las consecuencias del daño que ese período ocasionó a nuestra sociedad. La mala educación, la falta de oportunidades, la segregación, el extractivismo, la falta de conciencia, la impunidad, el olvido de la solidaridad y del trabajo asociativo. Padezco sed de justicia”.
En la misma dirección comenta que al principio de su carrera la escasez de recursos y la precariedad forjó su creatividad y, por supuesto, limitó los materiales para desarrollar su quehacer. “Si no había capital para comprar metros y metros de finas telas europeas, podíamos buscar los finos abrigos descartados por los mismos europeos y que podían encontrarse a fines del siglo pasado en la ropa usada. Si no quedaban telas disponibles, podíamos crear nuestras propias telas uniendo los retazos entre sí” relata. Además, hoy el planeta está en crisis debido a las malas prácticas de producción y consumo, por lo mismo, enfatiza Juana, “tenemos que desarrollar propuestas que utilicen lo que ya está disponible sin necesidad de practicar el verbo comprar. No comprar es un acto revolucionario que ayuda al planeta y las personas”.
JD nace producto de las necesidades creativas de Juana Díaz y reúne diversos trabajos vinculados al arte y diseño textil. © Alfredo Méndez
“Mantos futuros” es lo que presentará en Encuentro Local, textiles hechos con retazos descartados de bellas y finas telas europeas que quedaron abandonadas en un local comercial cuando una sastrería cerró durante la pandemia, adelanta Juana. “Son mantos protectores que dan cobijo y pueden llevarse como indumentaria o darles un uso doméstico. Todos son únicos, grandes como una capa pero doblados caben en la mano así que son fáciles de transportar” comenta esta gran diseñadora y finaliza “Estoy muy contenta con el desafío de Encuentro Local por crear un producto inédito y con la magia de la vida que permitió que retazos de tan buena calidad llegaran a mis manos para desarrollar estos mantos”.
Encuentra el trabajo de Juana Díaz en http://juanadiaz.cl/
Tela del Futuro, creada a partir de retazos. La imagen es referencial. La nueva colección de Mantos Futuros se podrá ver en la nueva versión de Encuentro Local. © Alfredo Méndez
Encuentro Local
Diseño contemporáneo chileno, exhibiciones, invitados internacionales y mucho más
Desde el 8 al 13 de octubre.
Revisa el programa completo aquí
IG Local.Chile
Imagen de Portada: Biomaterial. © LabVa