El impacto del Informe Flexner en la medicina tradicional

En 1910 se publicó un famoso documento que supuso grandes cambios en la medicina del siglo XX, muchos de los que aún se mantienen en la actualidad. Se trata del Informe Flexner, un reglamento taxativo de la forma en que se debía educar a los médicos y cómo estos debían practicar la medicina. En una primera etapa, este informe suponía una estandarización de las prácticas médicas y educativas de la medicina en Estados Unidos, pero poco a poco se extendió por el resto de América y el planeta. Te invitamos a conocer este importante suceso de la historia de la medicina moderna y sus efectos en la herbolaria y otras prácticas medicinales propias de la diversidad cultural que encontramos en la Tierra.
En una primera etapa, el informe Flexner suponía una estandarización de las prácticas médicas y educativas de la medicina en Estados Unidos, pero poco a poco se extendió por el resto de América y el planeta. ©aamc.com

Los orígenes

La educación médica del siglo XIX en Estados Unidos se caracterizaba por presentar tres sistemas: “uno de aprendizaje, en el que los estudiantes recibían instrucción práctica de un médico local; otro de escuelas privadas, en el que los estudiantes asistían a cursos dados por médicos, que eran los propietarios; y un tercero, en el que los estudiantes recibían una combinación de formación didáctica y clínica en una escuela universitaria” (Hugo Spinelli, 2022). Entre estos sistemas existían todo tipo de escuelas de medicina: científicas, osteopáticas, homeopáticas, quiroprácticas, fisiomédicas, herbolarias, entre otras.

La homeopatía, por ejemplo, exportada a Estados Unidos en 1825 por el médico danés Dr. Hans Buch Gram, alcanzó su apogeo en Norteamérica –no en Europa como podría esperarse–. En 1900 el número de escuelas que impartían prácticas homeopáticas representaba el 15% de todas las facultades relacionadas con la medicina en Estados Unidos (Behnke, 2019). Sin embargo, la homeopatía también fue percibida por los médicos convencionales cientificistas como una amenaza económica. 

La Asociación Médica Americana (AMA) fundada en 1847 fue creada para promover la ciencia y el arte de la medicina y el mejoramiento de la sanidad pública. Aunque el comunicador científico Jens Behnke dice que la AMA se fundó en reacción al Instituto Americano de Homeopatía. Estas sospechas no carecen de fundamento pues el primer presidente de la Asociación Morris Fishbein (1889-1976) publicó durante su carrera varios escritos en contra de la práctica homeopática y otros métodos de medicina complementaria. Lo que sí es seguro es que la AMA desde el inicio centró sus discusiones en la regulación de los requisitos para obtener el título de médico a nivel nacional. Esto motivó las denuncias de especialistas en otros tipos de medicina de querer monopolizar la práctica de la medicina e intentar expulsarlos del campo (Hugo Spinelli, 2022). 

Sin embargo, la AMA no fue la única institución que reaccionó frente a prácticas medicinales alternativas. La Fundación Carnegie creada en 1905, también se proponía estandarizar la formación médica. Bajo el liderazgo Henry Pritchett (1857-1939) esta institución “publicó los Carnegie Units, numerosos boletines sobre temas educativos estandarizados para la preparación universitaria que promovía que los estudiantes de todo el país estuvieran preparados para ingresar a la universidad” (Hugo Spinelli, 2022). 

El panorama de la educación médica estaba fuertemente tensionado entre posiciones que consideraban la práctica médica como una disciplina moral y mental, y quienes propugnaban una educación centrada en la ciencias, ligada al concepto de “utilidad”, en función del conocimiento y su potencialidad aplicable (Hugo Spinelli, 2022). En este sentido, en 1908, la Fundación Carnegie en conjunto con la AMA se plantearon pensar una reforma educacional de medicina en las universidades que sistematizara el proceso y estandarizara el conocimiento. 

©UAB at Birmingham

Esta reforma estaría a cargo del educador Abraham Flexner (1866-1959) conocido por su escuela preparatoria de adolescentes –Escuela Flexner– que estuvo en funcionamiento por más de 15 años. Su trayectoria como educador y su relación con su hermano Simón, quien se había formado como médico en la Universidad Johns Hopkins, fueron antecedentes suficientes para que Flexner se presentara como el candidato ideal para llevar a cabo la investigación. Así, “la Fundación Carnegie le encargó a Flexner la evaluación de 155 escuelas de medicina en EEUU y Canadá. El resultado de esa evaluación se publicó en un boletín titulado: Medical education in the United States and Canada más popularmente conocido como el Informe Flexner” (Hugo Spinelli, 2022). 

Informe Flexner: por una medicina biológica y farmacológica

En general, el Informe Flexner fue muy crítico con el estado de la educación médica estadounidense en ese momento. El documento mostró que muchas escuelas de medicina eran deficientes en cuanto a su capacidad para proporcionar una educación de calidad y para preparar a los estudiantes para la práctica médica. Así también, criticaba la falta de regulación y supervisión del gobierno en la educación de la medicina. 

Es importante destacar que esta deficiencia encontrada, tenía que ver con una visión particular que relacionaba la práctica médica a una ciencia, en el sentido moderno de la palabra, enmarcada en el método científico. Como dice el historiador de la ciencia Hugo Spinelli (2022): “Flexner comprendió que la medicina se había tornado una ciencia experimental regida por leyes biológicas, lo cual la ubicaba como parte de la ciencia moderna, al poder explicar la enfermedad desde conocimientos físicos, químicos y biológicos”. Esto reforzaba, entonces, la idea de cuerpo humano como una máquina, lo que cuadraba muy bien con el objetivo del desarrollo industrial de EEUU. 

En 1910 se publicó un famoso documento que supuso grandes cambios en la medicina del siglo XX, muchos de los que aún se mantienen en la actualidad. ©AnshuaSUR

Así, el documento introdujo tres grandes cambios en la medicina. El primero es el énfasis en el carácter biológico de los tratamientos, generando la dicotomía cuerpo y mente. El segundo, la departamentalización de la medicina, es decir, su división por especialidades y subespecialidades, por oposición a la medicina integral. Y el tercero, el uso de fármacos como tratamiento de base para prácticamente cualquier enfermedad (Hugo Spinelli, 2022). 

El impacto del Informe Flexner fue significativo, ya que llevó a una reforma total del sistema de educación médica en los Estados Unidos. Esto, porque se establecieron estándares más estrictos, exclusivamente biológicos y farmacológicos para la acreditación de escuelas de medicina. Así, muchas escuelas existentes cuyos enfoques eran más integrales se vieron en la obligación de cerrar, pues no cumplían con estos estándares alópatas impuestos. 

Los aspectos negativos

Luego de leer el Informe, Andrew Carnegie, creador de la Fundación Carnegie, concluyó que no debería dar más dinero al negocio de la educación médica. Y su lugar pasó a ocuparlo la Fundación Rockefeller que veía aquí un campo rentable más allá de la medicina (Hugo Spinelli, 2022). El Informe Flexner consiguió el retiro de los fondos de terceros de las escuelas que enseñaban prácticas integrales, como la herbolaria y otras, tornándose un rumbo político desfavorable para estos centros. 

Algunos críticos del informe ya destacaban que los criterios de valoración se formularon de tal forma, que las escuelas integrales y homeopáticas quedaron peor valoradas. Este acto fue apoyado paralelamente con la puesta en marcha de la distribución de los colleges en grupos de calidad por la Asociación Médica Americana (AMA), dotada de gran influencia política. 

Sin embargo, los cambios que planteó el Informe, afectó otras formas culturales de abordar la salud y la enfermedad. Los enfoques considerados ilegítimos o “no científicos” como las prácticas nutricionistas, naturópatas, quiroprácticos, fitoterapeutas, acupuntores o los curanderos nativos americanos fueron apartados radicalmente del enfoque tecnicista, biomédico y farmacológico. Así, poco a poco, el modelo se exportó globalmente y la supremacía blanca anglosajona llegó a otros rincones del planeta. 

Los cambios que planteó el Informe, afectó otras formas culturales de abordar la salud y la enfermedad. ©Katherine Hanlon

Quizás una de las críticas más fuerte y expandidas del Informe se relaciona a la discriminación de dos grupos de estudiantes: las mujeres y la población afroamericana. De ello hablan dos apartados dedicados a cada uno de esos grupos al final del documento. En palabras de Spinelli (2022): “se acusó a Flexner de ser responsable de la drástica disminución del número de mujeres que estudiaban medicina, y del número de universidades que se cerraron, que estaban destinadas a afroamericanos, lo cual tenía sustento estadístico, ya que el Informe llevó al cierre de cinco de los siete colegios médicos afroamericanos”. 

Sumado a esto, es importante mencionar la sospecha de que en la creación de este Informe estuvieran involucrados fuertes intereses económicos. Si pensamos en los nombres de aquellos que estuvieron vinculados con el documento, resaltan Andrew Carnegie, de la Fundación Carnegie y magnate del acero, pero, por sobre todo, Jonh D. Rockefeller, de la Fundación Rockefeller; despiadado empresario de la industria petroquímica. Este último era para entonces el principal magnate del petróleo en Estados Unidos. De hecho, cerca del 90% de las refinerías eran propiedad suya. 

Rockefeller controlaba todas las etapas del proceso de extracción y usos del petróleo, desde la recolección, transporte, elaboración, distribución y venta del producto final, absorbiendo o eliminando a los competidores. Tras la división obligada de su monopolio, tuvo que diversificar el negocio. Uno de ellos era el benceno, un derivado del petróleo, del que se componen numerosos fármacos, tales como el paracetamol o el ibuprofeno. 

El problema de la medicina alópata

Antes de que la medicina alopática se convirtiera en el paradigma dominante en Occidente, no todos los médicos trabajaban con fármacos. Lo que hoy llamamos “medicinas alternativas” hace un siglo eran mucho más comunes. Al menos la mitad de los médicos empleaban terapias no farmacológicas. El impacto del Informe Flexner es significativo porque estandarizó la práctica médica, acabando con otras formas y concepciones de abordar la salud y la enfermedad igualmente válidas. Además, acabó con el enfoque en la atención médica comunitaria y con la atención a las necesidades de los pacientes marginados.

El resurgimiento de estos otros tipos de medicina integral probablemente sea una señal de las falencias en la medicina alopática y aunque no todo en ella es malo, vendría bien socializar la historia de la medicina para poder debatir estos temas de manera más abierta y entendiendo de dónde provienen nuestros prejuicios y valoraciones. Lamentablemente, la medicina alópata suele resolver síntomas, sin solucionar el problema de base. Mantener a la población enferma, quizás esa es su mejor estrategia.

Antes del informe Flexner al menos la mitad de los médicos empleaban terapias no farmacológicas. ©Christin Hume

Bibliografía: 

Behnke, J. (2019). “Homeopatía entre el dogmatismo científico y una agenda política”. Federación Española de Médicos Homeópatas (FEMH). https://femh.org/homeopatia-entre-el-dogmatismo-cientifico-y-una-agenda-politica/

Spinelli, H. (2022). “Abraham Flexner: trayectoria de vida de un educador”. SALUD COLECTIVA. vol. 18. 

Imagen de portada: ©Matt Briney