El Color en la naturaleza

Existen registros muy tempranos en la historia de la humanidad, desde Aristóteles, donde el color ha sido fuente de estudio e inspiración, ya sea tanto en la explicación de su origen, como en su formación y función, lo que ha llevado a los seres humanos a desarrollar diversas áreas de estudio específicas en relación a éste, dentro de las cuales destaca la psicología del color que analiza cómo percibimos y nos comportamos ante los distintos colores que existen. 
contrar en el Jardín Lois en Ritoque © wingsfromsouth.

En la naturaleza, los seres vivos animales —no humanos— y vegetales presentan colores que toman relevancia en aspectos del ciclo natural como la apariencia de los organismos y su capacidad de visualizarlos. La biología nos ha enseñado que los colores que presentan los animales y plantas son el resultado de su evolución y adaptación al medio, dependiendo de lo práctico que les resulten para su dura lucha por la supervivencia.

Los colores de algunos insectos, como las avispas, advierten a sus potenciales depredadores que son peligrosas, con lo cual aumentan la probabilidad de supervivencia. En la imagen una avispa alfarera de montaña (Hypodynerus humeralis). © wingsfromsouth.

En la naturaleza el color es percibido por el sistema nervioso de los animales que, gracias a las células fotorreceptoras llamadas “conos” ubicadas en la retina de los ojos, y gracias a otros sistemas que reciben la luz, interpretan las distintas tonalidades (longitudes de onda) que, dependiendo de la especie, les asignarán un color y tono en particular. En otras palabras, el color es la impresión producida por un tono de luz en los órganos visuales, y como no todas las especies percibimos estos estímulos de la misma manera, no todos podemos ver la misma gama de colores. Por ejemplo, hay especies que solo perciben dos colores (blanco y negro), otros que perciben la mezclas de tres (o visión tricromática, como es el caso de los seres humanos), otros como las aves rapaces son capaces de ver hasta cuatro colores (visión tetracromática) y las abejas son incluso capaces de distinguir la gama de los colores ultravioleta que las dirigen directamente hacia el polen y el néctar. 

Un ejemplo del patrón y los colores que tiene aves tan comunes de observar como los cormoranes. En la imagen un Cormorán Lile (Phalacrocorax gaimardi). © wingsfromsouth.

Como se podrán imaginar, los colores en la naturaleza tienen una gran importancia en la supervivencia ya que apuntan a dificultar el ataque y evitar la depredación, pero también son fundamentales para ciertas funciones biológicas como la selección sexual, el camuflaje, la comunicación, regulación de la temperatura y, entre otros, el aposematismo. Este último tiene que ver con  los rasgos llamativos de algunas especies para alejar a sus depredadores como, por ejemplo, la serpiente de coral, una de las más venenosas del mundo y cuyas bandas rojas, amarillas y negras son una invitación directa a otros animales a mantenerse a una distancia prudente. El camuflaje, digno de mencionarse, permite a un animal permanecer “oculto a la vista” y algunos animales utilizan el color para desviar los ataques confundiendo a un depredador, por ejemplo, con manchas que simulan ser ojos o destellos de color. 

El patrón ocular en las alas de esta especie aumenta su probabilidad de vida al confundir a sus potenciales depredadores. Cuncuna del pino (Ormiscodes cinnamomea). © wingsfromsouth.

Las señales visuales son parte del comportamiento de los seres vivos y consisten en una forma de comunicación que implica generalmente la interacción entre la apariencia, la coloración y el patrón de coloración de los organismos y la visión, especialmente la percepción del color. Por ejemplo, en las plantas el color floral y frutal juega un papel clave como señal visual y es de gran importancia en las interacciones planta-polinizador

El colorido del macho de la mariposa de la alfalfa (Colias vauthierii) es uno de los dimorfismos sexuales más evidentes dentro de las especies de mariposas que habitan Chile. © wingsfromsouth.

En 1667 Isaac Newton descubrió que al pasar un haz de luz blanca (rayo de sol) por un prisma de cristal, éste se descomponía en los colores del arcoíris. Pero ¿cuántos colores existen? No lo sabemos con certeza, ya que va a depender de la capacidad de cada especie para visualizarlos, tal como se ha señalado antes. Sin embargo, sí se puede indicar que existen los colores primarios que son el rojo, azul y amarillo y que superpuestos originan al resto de los colores o colores secundarios. 

El rojo intenso de esta loica macho (Sturnella loyca) origina una mayor probabilidad de atraer a las hembras y por tanto una mayor tasa de éxito en la reproducción. © wingsfromsouth.

Cuando hablamos de los colores en la naturaleza, no podemos dejar de mencionar la forma en la cual se presentan, es decir, los patrones o modelos. Por ejemplo, las rayas en las cebras y las manchas en los leopardos por mencionar algunos de los más conocidos. Ambos complementados; colores y patrones, permiten deleitarnos con los inusuales,  variados y alucinantes ejemplos con los cuales nos podemos encontrar en nuestro entorno cercano. En Chile, por supuesto también existe una amplia gama de colores y patrones en la naturaleza que generan una relación dinámica con el entorno para permitir de esa manera las funciones biológicas que éstos desarrollan. 

Aunque el patrón y colorido de los machos de la lagartija esbelta (Liolaemus tenuis) pueden variar según la latitud en que se encuentren, la intensidad que presentan no dejan indiferente a nadie que las observe. © wingsfromsouth.

Los colores iridiscentes también se hacen presente en la naturaleza, especialmente visibles en aves, insectos y peces. La irisdiscencia es un fenómeno óptico por el cual el color que presenta una superficie varía en base al ángulo del observador. Mientras algunos seres vivos son difíciles  de ver por sus colores opacos ya que se mimetizan con el entorno, o simplemente carecen de éstos (albinismo), con la iridiscencia las alas de algunos insectos o aves como algunos picaflores y pavos reales destacan justamente por lo contrario, por sus colores llamativos y brillantes.

El negro tornasol o negro azulado del mirlo (Molothrus bonariensis), es una ejemplo de iridiscencia bastante fácil de observar en las ciudades y campos de Chile. © wingsfromsouth.

Otro aspecto destacable en la naturaleza, es que la coloración en los seres vivos es un proceso dinámico, lo cual quiere decir que muchos animales pueden cambiar de apariencia con el tiempo, desde insectos, crustáceos, peces, hasta reptiles y anfibios, en unos casos cambian durante el ciclo de vida (metamorfosis), en otros con las estaciones o por efectos del ambiente. 

«¿Cuántos colores existen? No lo sabemos con certeza, ya que va a depender de la capacidad de cada especie para visualizarlos»

Existen innumerables ejemplos de la paleta cromática en nuestra naturaleza, en este artículo les traemos sólo algunos de éstos, muchas veces desapercibidos por nosotros hasta que nos encontramos frente a frente con ellos y nos maravillamos, dándonos cuenta de que siempre estuvo esa gama y patrón de colores entre nosotros.

El color en la naturaleza ha servido durante siglos como inspiración en las artes, la arquitectura, la moda y el diseño por mencionar algunos. Lamentablemente, la acción antropogénica, así como ha aprovechado y copiado los ejemplos de patrones y colores del mundo natural, también ha pintado el planeta de tonos deslavados debido, por ejemplo, a la contaminación.

¡Te invitamos a observar, descubrir, disfrutar y cuidar la infinita gama de colores en nuestra naturaleza!

Sobre los autores

Gabriela Espejo y Juan Sebastián Espejo son dos hermanos amantes de la naturaleza, que han reunido sus experiencias profesionales para dedicar parte de su tiempo en la difusión del cuidado del entorno; Juan Sebastián es arquitecto y Gabriela es veterinaria. Juntos han desarrollado y concretado proyectos audiovisuales, fotográficos y artículos escritos sobre el maravilloso Chile natural que nos rodea. Les encanta hacer trekking y quedarse horas en un mismo lugar, observando y escuchando al entorno, para finalmente elaborar material educativo y de calidad.

Imagen de Portada: Cometocino de Gay (Phrygilus gayi). © wingsfromsouth.