María José Terré es directora ejecutiva de Water Is Life (WIL), una Organización No Gubernamental (ONG) desde la cual ha sido parte desde hace 5 años y que ha participado en ayudar a distintas comunidades vulnerables para que puedan obtener agua potable, además de entregar las herramientas educativas necesarias para el saneamiento de esta.
Hace tres años que reside en Kenia, país de África Oriental y fue solamente hace un año cuando se hizo responsable del desarrollo de los proyectos en dicho continente. Hoy tiene mucho que contar, ya que ha visto con sus propios ojos lo que han sufrido las personas por falta de oportunidades.
Dice que el hecho de vivir en África, la ha hecho estar muchísimo más consciente y más despierta sobre el valor del agua. Su realidad en Kenia cambió drásticamente en comparación a su vida en Chile, ya que allá no puede tomar el agua directamente de la llave, debe filtrarla por un sistema que usa Water Is Life. En sus palabras: “Veo de muy cerca la cantidad de personas que no tienen la cantidad de litros de agua mínima que se necesitan al día para poder tomar, para poder utilizarla como higiene y saneamiento. Según la Organización Mundial de la Salud, son 50 litros de agua diarios, pero hay familias enteras que viven con 15 o 20 y que es agua que está contaminada”.
También precisa que son más de 800 millones de personas en el mundo que todavía no tienen acceso a agua potable. WIL ha ayudado a miles de ellas, pero todavía hay mucha gente a la que deben seguir apoyando y tratar de llegar con sus sistemas de filtración.
Una de las acciones que se repite, según María José, es el hervir el agua, pero esta acción no garantiza la eliminación completa de las bacterias presentes y esto tiene “consecuencias drásticas a nivel de salud, como la deshidratación […] y muchas veces la mayoría de los más afectados son los niños menores de 5 años, porque les da diarrea y vómitos, y al deshidratarse, gran parte de ellos muere, ya que no podemos volver a hidratarlos con agua contaminada”, comenta.
El desafío que tienen como ONG es crecer lo que más puedan, tratando de involucrar a la mayor cantidad de actores, tanto públicos como privados, para que formen parte de lo que se necesita para desarrollar los proyectos de agua en distintas partes del planeta. “Mientras más seamos conscientes sobre esta otra realidad y mientras más nos involucremos y participemos con la solución, a más personas vamos a poder ayudar”, señala.
El agua potable en Chile
“En Chile, somos bastante afortunados con respecto al porcentaje de la población mundial que tiene acceso a agua potable. Sin embargo, todavía hay un 10% de chilenos que no la tienen, por lo que nosotros nos enfocamos principalmente en nuestros proyectos, en aquellos lugares donde se necesita con más urgencia”, analiza María José.
Lo que explica la directora de WIL, es que su función en conjunto a Better Fly, es entregar sistemas de filtración de agua potable a las personas que reciben normalmente por camiones aljibe. También detalla que “esa agua que les entregan casa por casa, es almacenada en baldes o tanques que queda a la intemperie y después de 3 o 4 días, esa agua constituye un cultivo bacteriológico que vuelve el agua insalubre y que el agua no es sana y que no está limpia para el consumo humano”.
Bucket filters
En honor al Día del Agua, WIL entregará este 22 de marzo, “Bucket Filters” a 100 familias que viven en un campamento sin acceso a agua potable en Viña del Mar. Esta tecnología permite filtrar hasta 20 mil litros de agua, es decir, suministrar agua bacteriológicamente segura por hasta 5 años. El agua pasa por la manguera, en la cual se filtra, eliminando bacterias y contaminantes, dejándola totalmente potable y prevenir toda enfermedad. Aún tenemos tiempo de frenar la crisis hídrica, “depende de cuánto queramos cambiarlo y de qué disposición tenemos para involucrarnos y encontrar una solución” dice Terré.
WIL se diferencian de otras ONU o de algunas otras fundaciones que hablan del agua, porque más allá de hacer hincapié en la falta de agua, el enfoque es la escasez de agua potable. Al respecto, Terré dice: “vivir en distintos países, me ha permitido ver que sí existe agua, si existen fuentes de agua tales como ríos, lagos, pozos, aguas lluvias […] el problema no es la falta de agua, el tema es que esa agua está contaminada”. Además, María José comenta que cada vez que ven un territorio con una problemática del agua, analizan qué tipo de agua tienen, con sus respectiva calidad. Luego se realiza un plan de acción para que las soluciones sean a largo plazo.
WIL ha estado trabajando con países latinoamericanos, es por ello que al preguntarle por la posición de Chile en comparación con sus países vecinos, Terré comenta que “somos unos afortunados y no nos damos cuenta”, señalando que es uno de los pocos países en donde podemos tomar agua directamente de la llave.
“El problema es que la dejamos correr, no somos conscientes del uso y no la cuidamos y lo que no se cuida, se pierde. Si tú preguntas a cualquier persona en Chile, cuántos litros de agua usa al día, nadie va a saber contestar a esa pregunta”.
Terré se encuentra en este momento en Estados Unidos, participando de los conversatorios organizados por la ONU sobre el agua, y nos cuenta que tienen como misión poder seguir apoyando a las comunidades que no tienen acceso a agua limpia, tal como lo han hecho en Latinoamérica y África.