«Ears to see», danza y exploración del suelo en múltiples dimensiones

Desde el 23 de noviembre al 21 de diciembre de 2022, se llevó a cabo la residencia que permitió una exploración más profunda del proyecto y obra «ears to see» (oídos para ver) de la coreógrafa Lea Moro. Esto gracias a Centro NAVE –espacio cultural ubicado en barrio Yungay, Santiago– y Bosque Pehuén –área de conservación de Fundación Mar Adentro enfocado en la investigación transdisciplinaria de los bosques templados del sur de Chile–. En este esfuerzo conjunto entre la fundación, el centro cultural y Prohelvetia Sudamérica, se invitó a la coreógrafa, la que a su vez convocó a los artistas chilenos Andrés Bucci y Rommy González a adentrarse al proyecto desde la sonoridad y la visualidad respectivamente. Al mismo tiempo que contrastaron el entorno urbano y el natural.
© Josefina Astorga
© Josefina Astorga

Bosque Pehuén: la naturaleza como campo de exploración 

Entre praderas, matorrales y antiguos bosques de araucarias, hogar de pumas, zorros, pájaros carpinteros y otras aves australes, se encuentra Bosque Pehuén: un espacio natural representativo de los bosques templados de la Araucanía Andina. En este lugar converge una gran biodiversidad, rodeada por un entorno prístino e inspirador para conectar con la naturaleza. Y esto, no solo por el exuberante verdor del vergel. Si cerramos los ojos, podremos sentir el canto de los pájaros, el susurro de las hojas en el encuentro con el viento, el sonido del fluir de las aguas y el ruido que hacen algunos insectos. «El espacio ideal para escuchar” dice el artista sonoro Andrés Bucci, quien equipado con sus micrófonos se encargó de grabar el sonido del bosque durante la residencia en dicho sitio. 

“Contemplar con mi escucha, tal vez eso es lo que me he llevado de mi paso por la residencia”, dice Lea Moro sobre la experiencia en Bosque Pehuén. © Josefina Astorga

La coreógrafa Lea Moro, por su parte, destaca la sinestesia que se facilita en estos lugares: “contemplar con mi escucha, tal vez eso es lo que me he llevado de mi paso por la residencia”. Esto tiene directa relación con su proyecto ears to see (oídos para ver), trabajo coreográfico que ha desarrollado para un público juvenil y que es la continuación de una línea de trabajo que comenzó con un proyecto anterior llamado All Our Eyes Believe (Todos nuestros ojos creen ). Este último, “cuestiona nuestro impacto de lo visual en el mundo. Entiendo que este sentido no está ligado solo a los ojos, sino a todo el cuerpo, tanto a nuestro ser físico, como al espiritual. Así comenzó mi investigación sobre el cuerpo perceptible unido a diferentes sentidos” dice Lea y continúa “En Oídos para ver, el foco ahora está puesto en nuestros modos de escuchar”.  

Ears to see es un proyecto de investigación contínua que, por medio de la danza-performance, invita a jóvenes a una exploración participativa con el suelo y su interacción con la luz y el agua.  La obra propone una convivencia cooperativa y responsable con nuestro entorno a través de la escucha de los detalles ocultos y de los seres que están bajo la tierra. Así, se logra que los participantes puedan conectar con el hábitat humano y no-humano del suelo urbano, y con ello, que puedan crear su propia experiencia de la naturaleza en la ciudad. Además, la obra proporciona un sistema de orientación para audiencias en situación de discapacidad visual e integra una introducción táctil y un recorrido por el espacio antes de que comience la función. Dependiendo del lugar, la ruta varía y puede incluir movimientos sobre césped, laderas, adoquines, escalones y asfalto. 

Ears to see es un proyecto de investigación continua que, por medio de la danza-performance, invita a jóvenes a una exploración participativa con el suelo y su interacción con la luz y el agua. © Andrés Bucci

La residencia en Bosque Pehuén, cuyo foco era precisamente este proyecto, sirvió, entonces, para expandir el campo de estudio e indagar en el cruce entre el paisaje urbano de las ciudades y los entornos naturales como el bosque. Esto facilitado, como dice la artista gráfica Rommy González, por el carácter mágico del lugar en que se emplaza Bosque Pehuén. Además de ser una inspiración, la residencia contempló “salidas a terreno, clases con científicos, comidas y reuniones exquisitas” dice Rommy. Se trata de eventos estimulantes y espacios como punto de encuentro de diversas disciplinas y perspectivas. Esto permitió el enriquecimiento no solo del proyecto, sino también del trabajo individual de cada uno de los artistas.  

La residencia en Bosque Pehuén sirvió para expandir el campo de estudio e indagar en el cruce entre el paisaje urbano de las ciudades y los entornos naturales como el bosque. © Andrés Bucci

Espacio, sonido y paisaje: el encuentro de los artistas 

Para Lea y Andrés no es nuevo trabajar juntos. Tienen varios proyectos que han elaborado a la par, entre ellos All Our Eyes Believe, obra que habilitó una ruta para Oídos para ver. También es la segunda vez en Bosque Pehuén para ambos. “Creo que el cosmos nos hizo colaborar juntos, he aprendido mucho en estos años, he podido avanzar en mi búsqueda como músico y productor musical. Esta vez desde una perspectiva nueva que es la creación de texturas, experiencias sonoras y composiciones para un contexto que no había explorado mucho: la danza contemporánea” dice Andrés. Por su parte, Lea agrega que “volver a estar juntos ha sido importante e inspirador. A nivel colaborativo esta residencia nos dio fuerza, sentí la base del proceso compartido de creación y de superación de los obstáculos y dificultades que tuvimos a la hora de crear la obra”. 

 Andrés Bucci explorando mediante la grabación de sonidos del bosque. © Josefina Astorga

Andrés, acompañado de sus herramientas tecnológicas, se encargó de documentar la residencia a nivel fotográfico y sonoro. A veces, dice Lea, “acompañaba a Andrés a hacer grabaciones con diferentes tipos de micrófonos. Escuchar mientras realizaba este trabajo me abrió una nueva dimensión de acercamiento a la naturaleza”. En este sentido, la grabación del sonido se ofrece como una práctica intuitiva, exploratoria y de conexión con lo natural. “Ha sido una oportunidad única y sentí que es lo que nos interesa a los dos”, concluye Lea.  

Rommy también participó del proyecto anterior: Todos nuestros ojos creen. En esa ocasión la coreógrafa invitó a la ilustradora a desarrollar la visualidad de la obra y el material gráfico para esta. Sin embargo, Rommy destaca que “en este caso, en Oídos para ver, fue bastante diferente ya que por primera vez compartimos un tiempo intensivo de cuatro semanas juntos. El encuentro fue bastante especial e intenso, ya que se han creado lazos durante varios años y fue una manera de conocernos mejor, compartir en un contexto diferente y también conocer más de nuestros procesos de trabajo”. 

Con respecto al proceso de creación del material ilustrativo, entre los tres artistas realizaron una lluvia de ideas y “se llegó a la conclusión de elaborar un afiche que dejara el lenguaje de lado, siguiendo como concepto la inclusión de las personas más allá del lugar geográfico” cuenta Rommy.  La idea es que el afiche realizado por la ilustradora funcione en conjunto con el sonido creado por Andrés. Para ello, incluirá un QR que permita al público la exploración por medio de la experiencia sensorial de lo auditivo y lo visual. “El afiche tiene el concepto del oído como órgano. Hace una analogía con el volcán y el interior del planeta, además incluye elementos que se encuentran en todo el mundo, ya sea hechos por el ser humano como por la naturaleza misma” enfatiza Rommy.  

Rommy, Lea y Andrés, los tres participantes de la residencia Bosque Pehuén. © Josefina Astorga

Talleres y actividades 

La residencia además contempló dos actividades de mediación dirigidas a jóvenes de la región Metropolitana y de la Araucanía. La primera fue el 24 de noviembre en el Liceo Experimental Artístico ubicado en barrio Yungay, Santiago, organizado por Centro NAVE. La segunda, organizada por Fundación Mar Adentro, se llevó a cabo el 7 de diciembre en el Centro Gaia Sur en colaboración con Estudio Micelio y Bosque Fungi. Esto se realizó junto a tres escuelas: una de Pucón, otra de Curarrehue y una tercera de Caburgua.  

Durante la primera jornada en Santiago, en las dependencias del Liceo Experimental, se vivió una jornada donde, primero, “se invitaba a los participantes a tocar la tierra, regarla, acariciarla y sembrar una semilla” cuenta Rommy,. “Después se pasaba a un juego de memoria, donde los participantes debían dibujar su percepción de la ciudad” continúa la ilustradora.

Jornada de talleres en Santiago, en las dependencias del Liceo Experimental. © Andrés Bucci

En el sur, en cambio, los talleres consistieron en jornadas de pintura experimental “donde pintamos un lienzo colaborativo en la naturaleza, utilizando elementos que teníamos alrededor y donde se invitó a los participantes a vendar sus ojos y concentrarse puramente en el movimiento y el gesto, para conectarse con el sonido de su entorno” relata Rommy. Estos lienzos fueron intervenidos por la artista y exhibidos, finalmente, en la muestra junto a la Fundación Mar Adentro en Pucón. “Me interesaba mucho abrir los sentidos a través de la conexión entre cuerpo y sonido, y eso sacarlo a través del puño y trazo” afirma Rommy respecto a la idea general de dichas actividades.  

© André Bucci
© André Bucci

La Coreógrafa y líder del equipo destaca el desarrollo de estas actividades: “Entrar en diálogo e intercambio con las personas que participaron como público-escucha ha sido inspirador e importante para compartir experiencias e intercambiar preguntas, inquietudes y valores sobre nuestro vivir urbano y nuestro entorno”, dice Lea. Además, agrega su impresión por la recepción: “el hambre de la gente de experimentar, sentir y, de alguna manera, desconectarse o reconectarse de formas diferentes con un lugar conocido”.  El trabajo realizado por Lea, Andrés y Rommy en Bosque Pehuén continúa como parte de ese proceso vivo y de constante movimiento que tiene la exploración artística. Ears to see es una muestra de cómo esa exploración –del suelo, de la naturaleza y de la sensación que el entorno nos otorga– puede ser inserta en diferentes contextos, sumando nuevas perspectivas y personas. Así, ears to see se conjuga como una obra que permite reflexionar sobre cómo construimos el mundo y cómo nos percibimos como parte de él.

© Andrés Bucci
© Andrés Bucci

Imagen de portada: Lea moro escuchando a las nalcas. © Josefina Astorga