Circo y botánica: crónica de una investigación práctica y creativa de Árbol Ciclo Circo

Árbol Ciclo Circo (ACC) es un Proyecto Fondart de Investigación Circense que tiene como objetivos recabar conocimientos científicos y ampliar las posibilidades del Circo Contemporáneo desde el diálogo entre las artes escénicas, la fonografía, la plástica, el medio audiovisual y la ciencia botánica. Es una investigación teórica, práctica y creativa que toma como eje central las relaciones entre el circo contemporáneo y la botánica, considerando sus etapas, afinidades y diferencias. Para ello, el “árbol” o “los árboles”, son el modelo de estudio y/o experimentación escogido y específicamente tres especies características de los bosques siempreverde templados lluviosos del tipo Valdiviano del sur de Chile, el alerce (Fitzroya cupressoides), el canelo (Drimys winteri) y el olivillo (Aextoxicon punctatum).

En un comienzo, con el fin de conocer las especies botánicas escogidas, nos acercamos al Área Botánica del Museo Nacional de Historia Natural de Chile (MNHN). Esta institución nos brindó su patrocinio y el asesoramiento científico del biólogo curador de Criptogamia Víctor Ardiles, quien con su experiencia en el ámbito de la biología y conservación de las plantas nativas nos enseñó y facilitó literatura esencial como también nos permitió revisar ejemplares de estas tres especies conservadas en el Herbario SGO del (MNHN). Aquí entre la gran colección de plantas secas, prensadas y clasificadas, pudimos observar bajo el microscopio las diferencias entre las especies a estudiar. Nos asombramos con los detalles de sus morfologías particulares y aprendimos así a reconocerlas a partir de rasgos o características únicas, información trascendental para las experiencias de campo realizadas. Además, aprendimos sobre sus ciclos de vida, fenología, estructura y desarrollo.

Sullyn observa las hojas del Canelo bajo el microscopio en el Herbario SGO del (MNHN). © Daniela Bolvarán

Estos acercamientos teóricos desde la botánica nos hicieron conocedores de la naturaleza de los árboles, entendimos sus expresiones de crecimiento, sus bellas fases de reproducción, su sistema sensorial por el que perciben y se comunican con las diversas especies y su entorno. También descubrimos la inteligencia de estos organismos fotosintéticos, que a partir de soluciones ingenieriles pueden alcanzar grandes alturas, asegurando su nutrición y colaborando así mismo con la humanidad en la producción de alimento y el oxígeno que respiramos. Por último revisamos aspectos sobre la diversidad de las etapas involucradas en el ciclo de vida de un árbol y nos abrió a otros campos como el naturalismo, la poesía, la  geometría fractal y la teoría cuántica, donde la “realidad” se construye según el observador.

Árboles: conceptos emergentes y diseño escultórico

Un aspecto central en el proyecto fue descubrir la “arborescencia”, esto es cuando algo presenta formas semejantes a las de un árbol. Por otra parte, la elaboración y articulación de un vocabulario de trabajo en conjunto con el equipo del proyecto densificó el carácter de las aproximaciones creativas, facilitando una serie de intercambios y logrando con ello un marco de mayor profundidad y riqueza comunicativa. En este sentido, el aporte de Daniela Bolvarán, asesora escénica de este proyecto fue fundamental. Con un enfoque holístico descubrió una metodología propia que nos sirvió de guía para entender una dimensión más profunda de la vida de las plantas, más allá de lo empíricamente visible y clasificable. Por medio de la canalización podemos desarrollar y transformar toda la información de las formas no materiales que percibimos, lo que se tradujo en un lenguaje al servicio de la escena. Esto se pone de manifiesto también en el diseño y construcción del escultor del proyecto, Andrés Galaz, quien se apoya en la transdisciplinariedad para ampliar y solucionar muchos de los problemas en su campo de acción. Frente a este desafío creativo y una vez en terreno, Andrés y el resto del equipo se inspiraron en los árboles caídos con sus raíces expuestas desde donde surge nuevamente la vida. Frente a esta estructura orgánica arborescente, Andrés capta las formas, los colores, las texturas dentro del campo de ideas estéticas y estructurales y los cruza con los requerimientos técnicos de lo que se pretendía lograr acrobáticamente, moldeando el llamado “aparato escultórico circense”.

Equipo del proyecto junto a un tronco de aspecto arborescente en Parque Oncol, Valdivia, Chile. © Rafael Huerta

Bosque, paisaje sonoro y conservación

Desde el punto de vista sonoro se realizó un análisis y una capacitación con el apoyo de Rafael Huerta, fonógrafo del proyecto, donde a partir del contacto directo con la naturaleza nos detuvimos a observar el bosque de una manera inmersiva con todos nuestros sentidos. Al hacernos conscientes del entorno acústico, pudimos conectar mejor con otras especies y con nosotros mismos. A partir de esta experiencia visualizamos una estética sonora propia de cada terreno. Así por medio de la “escucha” del paso del viento atravesando los espacios vacíos entre las ramas reconocimos la arborescencia. Desde el punto de vista técnico, Rafael recolectó paisajes sonoros en multicanal para generar un envolvente de sonido en escena y crear contenidos originales que servirían como insumo para recrear la misma biosfera acústica en el posterior Laboratorio Escénico.

A partir de las experiencias en terreno pudimos conocer algunas de las iniciativas de protección medioambiental y de conservación de la naturaleza, tanto las implementadas por parte de los Parques Nacionales Alerce Costero y Bosque Fray Jorge. Así también, las reservas privadas Parque Oncol y en especial la Reserva Natural Pilunkura, donde la educación ambiental para las nuevas generaciones por medio de visitas guiadas o la promoción de la gastronomía autóctona, la cultura local, el apoyo a la investigación científica y a maestros del arte culinario, son actividades y quehaceres fundamentales para el cuidado del bosque templado lluvioso del sur de Chile. Así mismo, Fernando Aguilar Molina, escultor de la zona, nos muestra en sus obras el arte ya impreso naturalmente en la madera, la que obtienen a través del reciclaje de ramas caídas y la recolección de hojas, que luego se utilizan para la confección de aceites esenciales.

Todo esto ha sido una inspiración para nuestro posterior Laboratorio Escénico, donde utilizamos su aceite de Tepa (Laureliopsis philippiana), para apoyar la atmósfera envolvente que buscamos recrear en la sala de ensayo. Además, durante las visitas guiadas por Pascual Alba, propietario de la Reserva Natural Pilunkura, hicimos recorridos informativos, donde nos mostró una visión que enriqueció la perspectiva de aproximación a las variedades de árboles, ofreciendo contrastes y complementos que fueron un aporte para el proceso investigativo. Nos contó sobre la historia, las leyendas y creencias en relación a las especies de la zona y sobre la cosmovisión Mapuche en relación a su árbol sagrado: el canelo.

Registro de paisajes sonoros por parte de Rafael Huerta, fonógrafo del proyecto en Reserva Natural Pilunkura, Valdivia, Chile. © Sullyn González Boza

Canelo y olivillo: arte circense en el bosque

Sullyn González Boza artista circense, creadora y responsable del proyecto nos cuenta sobre su experiencia escalando el Canelo en la Reserva Natural Pilunkura: “el conjunto de tallos que lo componía, surgía de un gran tronco y apoyándome en dos de ellos o a veces en tres al mismo tiempo, lograba realizar diversas acrobacias. La corteza de esta especie endémica de Chile, no es tan áspera en comparación con otras y no se resquebraja, lo cual ayudó muy bien a la adherencia de mi cuerpo, sin hacernos daño el uno al otro. Siempre traté de ser muy cuidadosa, de no trepar por las zonas más pobladas de especies de líquenes o helechos”. Además de los cuidados, Sullyn resalta los estímulos sensoriales que sintió en esta práctica: “escuchaba el sonido de las hojas del Canelo batidas por el viento y podía distinguir la diferencia con las especies vecinas. También, reconocía los sonidos generados por mi cuerpo, mi respiración, los latidos de mi corazón, los fluidos de mi estómago, el roce de mi piel con la corteza y conectada a este ser, sentía la sonoridad del fluir del agua y la salvia, del vapor y la presión que recorren toda esa gran distancia entre sus raíces y dosel”.

En la continua búsqueda en terreno y depurando el ejercicio de observar nos percatamos de las distintas energías y atmósferas en cada sector, desde las áreas de renovales (bosque joven, normalmente de tipo secundario), con abundante luz, colores más tiernos y ánimo entusiasta. Así también observamos los árboles madres, donde la densidad boscosa que abrazaba y la sensación térmica era mucho más fresca y húmeda, a pesar de encontrarnos en un verano extremadamente seco. Entonces, Pascual nos mostró a su ejemplar de olivillo más longevo que si bien en relación con otras especies no era el más grande, sabíamos que por su lento crecimiento y su abundante biodiversidad, debía tener más de 200 años. Sullyn describe su experiencia con el olivillo como “un desafío. Al momento de realizar la acrobacia a pesar de estar suspendida de una cuerda y solo me apoyaba en algunos puntos de su tronco, podía sentir con mis pies descalzos como aplastaba a otras especies y con el roce podía desprenderlas. Esto me hizo reflexionar, en si estaba aportando positiva o negativamente a este sistema natural bosque-árbol y sus especies simbiótica o epífitas”.

Sullyn experimentando en un árbol de Canelo en la Reserva Natural Pilunkura. © Daniela Bolvarán

Esta experiencia generó en el equipo reflexiones y debates de como nuestros actos consciente o inconscientemente tienen un impacto sobre esta confusa madeja de información sensorial llamada naturaleza, la que creemos debe ser experimentada con todos nuestros sentidos para ser entendida, pero con ciertos límites éticos para cohabitar con ella. Finalmente, entendiendo los valores intrínsecos e instrumentales de los árboles y observando sus interacciones ecológicas, cultivamos un sentimiento de empatía al darnos cuenta de que nosotros los humanos, también somos ecosistemas que interactuamos con otros organismos, compartimos un ciclo de vida similar. Formamos parte del mismo planeta y su funcionamiento.

Laboratorio de experimentación escénica: naturaleza y sociedad

Al comenzar el Laboratorio de experimentación escénica, en estrecha relación con las otras disciplinas, compartimos nuestras reflexiones en cada ensayo. Probamos las posibilidades que entregaba el aparato escultórico circense con la proyección del registro audiovisual, la elaboración de un sistema de sonido cuadrafónico de sonido envolvente, que permitía situarnos acústicamente inmersos dentro del bosque, lo que se acentuaba con el aroma de tepa. Sumado a la luminosidad similar a los rayos del sol que se filtran entre el follaje y el poema“ Naturaleza” del dramaturgo, poeta y naturista Johann Wolfgang von Goethe. Con estos elementos se recreó una atmósfera que afloró un estado de sensibilización al intérprete circense. El resultado fue la composición de una secuencia de movimientos manifestada en el cuerpo del artista, por el propio espíritu del ecosistema árbol invocado en la escena.

Las contorsionadas formas que adoptan los árboles en el contexto donde están situados nos obligan a mirarlos como a un todo, para poderlos entender como individuos. Viven en un constante equilibrio, comunicación e interacción con todo lo que los rodea, como una sociedad que se colabora, pero que también compite por los recursos. Estas y otras asociaciones desencadenaron en el artista de circo una sensación y cualidad de movimiento arborescente, gracias a la conexión con su propio cuerpo y con el árbol, donde descubre su propia arborescencia rítmica, como la que construye su sistema circulatorio, su entramado neuronal o las ramificaciones bronquiales de sus pulmones. 

 Presentación del Laboratorio de experimentación escénica en el Salón central MNHN, Chile. © Museo Nacional de Historia Natural, Chile 

Arte, ciencia y medioambiente

Toda esta convergencia de disciplinas hizo posible un resultado positivo manifestado por el público. Un retorno emotivo de parte de las compañeras y compañeros de las artes escénicas, del Museo y del público general, donde nos expresaron su asombro al lograr situarse en la Naturaleza. La reflexión sobre el cariño percibido en el acto y cómo fue posible ocupar las herramientas circenses y de todas las disciplinas participantes, en favor de transmitir el mensaje: el respeto a los otros seres vivos y al entorno.

El puente que se ha creado entre este proyecto con el Museo de Historia Natural de Chile ha fortalecido la unión entre arte, ciencia, cultura y sociedad. Al respecto una niña del público comento: “hermoso, porque cuidan a la naturaleza y eso me recuerda a mi colegio”. Esto es importante en la medida en que se fomente a las nuevas generaciones para que sean conscientes especialmente en esta era de grave crisis ambiental y bajo la urgencia de responder con rapidez a los desafíos de la sociedad. Al final, una buena observación corresponde a una habilidad, que debe ser perfeccionada, alimentada y mejorada. Como un artista de circo en su entrenamiento: “cuanto más lo haces, mejor te vuelves en ello y el mundo más se abre para ti”.

Laboratorio de experimentación escénica en el Centro de las Artes Aéreas, Chile. © Francisco Yañez

Agradecimientos

Fondart Nacional de Investigación Circense. Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio Convocatoria 2020. 

Museo Nacional de Historia Natural, Chile. Patrocinio y Asesoramiento científico  del Área Botánica y Herbario SGO.

Corporación Nacional Forestal (CONAF) 

Parque Nacional Alerce Costero

René Cárdenas, Administrador.

Patricio Contreras Bravo, Jefe Sección Conservación Diversidad Biológica, Región de los Ríos. 

Patricia Igor Cárcamo-Jael Medina Pérez, Guarda parques.

Parque Nacional Bosque Fray Jorge

Sergio Rivera, Administrador

Carla Lorena Louit Lobos, Jefe Sección Conservación Diversidad Biológica, Región de Coquimbo. 

Alfonso Ramos- Rosa Valdivia Rojas- Juan Monarde- Jorge Dupré, Guarda parques. 

Parque Oncol (Valdivia,Chile)

Pablo Lépez, Administrador

Savka García, Alejandra Lépez 

Reserva Natural Pilunkura  

Pascual Alba, Propietario y Protector

Fernando Aguilar Molina, Escultor

Juan Pablo Arispe// Antuan Raphael Arispe González// Consuelo Boza// Mileidy Cala- Carlos Peña// Lucas Escobar// Supervisor de proyecto: Rodrigo Dell’Aquila Fuenzalida// Cía de Paso: Héctor Hugo Calderón// Cía Balance: Pablo Garrido, Francisco Arrázola//ONG-El Circo del Mundo-Chile: Carolina Osses// Fotógrafos: Valentina Melgarejo// Francisco Yañez// Pilar Elorriaga// Gabriela Parker// Centro de las Artes Aéreas// Esteban Montealvarez// Francisco Vera// Tomás Kaulen// Emmanuel Pérez// Úrsula Campos// Heryn Nichols// Cristian Muñoz// Hamed Michea// Apoyo en el Museo: Paola Leon// Soledad Villagran// José Ignacio Silva// Jimena Arriagada// Desirée Román// Reynaldo Montenegro// Roberto Hillebrandt// Juan Soto// Mario Bravo// Havana Salsa// Astrocamping Viento Sur//

Bibliografía

Mancuso S y Viola A. 2015. Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal. Giunti Editore S.p.A., Florencia-Milán. Charla Ted de Stefano Mancuso: Profesor de la Universidad de Florencia y una de las máximas autoridades mundiales en neurobiología vegetal. https://www.cccb.org/es/multimedia/videos/stefano-mancuso/227141

Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) Teoría de la naturaleza. Editorial Tecnos. Traductor
Sánchez Meca, Diego.

Peter Wohlleben, 2015. “Das Geheime Leben der Bäume”. Editor digital Titivillus. Traducción:
Margarita Gutiérrez. “La vida secreta de los árboles”. Descubre su mundo oculto: qué sienten, qué
comunican.

Andrea Alvarado Ojeda, Aida Baldini Urrutia, Felipe Guajardo Becchi. 2013. Programa de Arborización: Un chileno, un árbol. ÁRBOLES URBANOS DE CHILE. Guía de Reconocimiento.
Enersis. Árboles Nativos de Chile.

Luis Otero Durán, 2006. La huella del fuego. Historia de los bosques nativos. Poblamiento y cambios en el paisaje del sur de Chile. Pehuén Editores.

Sagarin R., Pauchard Cortés A. 2018. Ecología y observación. Ampliando el enfoque de la ciencia para entender un mundo complejo. 1a.ed. Concepción, Chile: Universidad de Concepción.

Simard S., “Como los árboles se comunican entre si” Charla Ted de la Doctora en Ecología: Suzanne
Simard de la universidad de Columbia Británica.

David George Haskell. Las canciones de los árboles.

Raúl Arqueros: Presidente de la Asociación Salud y Música, Naturópata y Músicoterapeuta.
http://www.centrefac.org/equipo/raul-arqueros/

Krause B. La voz del mundo natural. Conferencias TED.

Francisco Elias Castillo. Agrometeorología   Coordinadores: Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias y Francesc Castellvi Sentis: Departamento de Medio Ambiente y Ciencias del Suelo Universidad de Lleida. https://docplayer.es/78435550-Agrometeorologia-2a-edicion-corregida-coordinadores-francisco-elias-castillo-instituto-nacional-de-investigaciones-agrarias.html

Aukanaw 2013. La ciencia secreta de los Mapuches.  https://es.slideshare.net/Exmeridianuslux/aukanaw-la-ciencia-secreta-de-los-mapuche-ed-2013

Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. Diccionario de los Símbolos. https://www.academia.edu/44406715/Diccionario_de_los_simbolos_Chevalier_Jean

Arboescultura: Axel Erlandson (1.884-1.964). El Circo de los Árboles: Parque de Diversiones Jardines Gilroy, California Telephone Booth Tree ( Árbol Cabina de teléfono) está en exhibición permanente en el American Visionary Art Museum de Baltimore Maryland. 

Imagen de portada: © Rafael Huerta