La necesidad de actuar frente a una catástrofe socioambiental

El 23 de enero la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, reconoció que este país enfrenta el mayor desastre forestal de su historia. Con un registro de 113 incendios y casi 370 mil  hectáreas quemadas (según datos oficiales de la ONEMI), podemos decir que todos los chilenos estamos de duelo. Esta catástrofe nunca antes vista, pasará a […]

El 23 de enero la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, reconoció que este país enfrenta el mayor desastre forestal de su historia. Con un registro de 113 incendios y casi 370 mil  hectáreas quemadas (según datos oficiales de la ONEMI), podemos decir que todos los chilenos estamos de duelo.

Esta catástrofe nunca antes vista, pasará a la historia mundial como uno de los siniestros más grandes del planeta. El 17 de enero se inició el fuego en Pumanque -una pequeña comuna de la Región de O’higgins- y fue el que puso en alerta tanto a los medios de comunicación como a las autoridades. Seis días después, el 60% del territorio comunal había sido consumido por la hoguera ¿Cómo comenzó? Algunos dicen que por una falla eléctrica, pero aún no existen pruebas concretas.

Sin embargo, las catástrofes habían empezado mucho antes. En diciembre, pequeños focos aislados en zonas de las regiones de Valparaíso y Metropolitana fueron una emergencia más bien ignorada. Sectores de Limache, Quilpué, Cartagena, Melipilla, Cuesta Barriga y el Cajón del Maipo sufrieron este rechazo, pues ocurría un fenómeno: si el incendio forestal no estaba cercano a zonas habitacionales, bomberos no actuaba. Por su parte, los brigadistas de la CONAF siempre esperaban a que el fuego avanzara, pues estas áreas naturales, al no constituirse como Áreas Silvestres Protegidas, no poseían mayor relevancia para el Estado.

 

Foto: AFP PHOTO / Martin Bernetti, desde Infobae.com

El comienzo del 2017 en Valparaíso fue una segunda alarma. La Ciudad Puerto vivió un nuevo Gran Incendio, que arrasó con los sectores de Laguna Verde, Playa Ancha, y Montedónico, dejando a unas 250 personas sin hogar. No es mucho comparado al de 2014, donde 1090 hectáreas de plena metrópoli quedaron en cenizas.

Y luego… luego vino Pumanque (VI Región de Bíobío) y  Santa Olga (VII Región del Maule), dos pueblos que han sido casi totalmente arrasados por el avance de las llamas.

¿Qué está sucediendo en Chile?

Durante noviembre del año pasado, el subsecretario del Interior y Seguridad Pública Mahmud Aleuy, anunció que ocurriría una situación como esta, tras una reunión que mantuvo con representantes de los organismos de emergencia nacional.

En ese momento, Aleuy identificó que en 28 comunas del país se producían incendios “en forma repetitiva”. Y pronosticó que entre diciembre, enero y febrero se iban a intensificar en extremo. Supuestamente, se elaboró un plan de acción, pero no fue uno efectivo para la situación que acontece, donde existen 8 de las 15 regiones del país con alerta roja (ONEMI, 30 de enero) .

Se ha dado un fenómeno nunca antes visto. Por un lado, se observa la macabra participación de distintas personas que incendiaron -sin razón aparente- distintos sectores del país; y, por otro, la influencia del modelo forestal implantado en Chile, que, combinado con la sequía asociada al cambio climático, ha propiciado las condiciones para que el fuego se propague a lo largo de toda la zona centro- sur y afecte las zonas pobladas, ya que varios pueblos se encuentran rodeados de pinos y eucalyptus.

Ilustración del artista Antuhozeh

Sin embargo, esta industria ha estado protegida por el Estado con el Decreto 701 (DL701), el cual entrega una bonificación de un 75% para las plantaciones de pinos y eucaliptus, y que ha beneficiado más que nada a las compañías forestales del Grupo Matte (CMPC) y Agelini (Arauco).

Ante aquella industria que tanto mal le ha hecho al país, y que posee un respaldo político, la ciudadanía también está actuando de manera política.  Este martes 31 de enero a las 11 horas se realizará una marcha en la ciudad de Temuco; y pinchando aquí, entrarás a una petición de Avaaz que busca poner fin al decreto 701, que bonifica la actividad forestal.

Catástrofe socioambiental:

Los incendios forestales naturales han ocurrido desde siempre como un elemento normal en el funcionamiento de los ecosistemas, ya que el fuego ha permitido la existencia de una serie de hábitats en las que distintos organismos pueden prosperar. El problema ha surgido con el aumento de la cantidad de incendios, sobre todo en este momento, donde se ha observado la participación humana.

Las consecuencias son considerables, entre las que no sólo se cuenta la pérdida de biodiversidad vegetal, ya que indudablemente todos esos bosques que están en cenizas tardarán décadas en recuperarse. Además, muchas hectáreas quedarán totalmente erosionadas, y llevará varios años recuperarlas para lograr cultivar algún tipo de especie nativa o plantación. Por su lado, la fauna endémica del lugar se dispersa, sufriendo la tan reconocida causa de extinción que es la pérdida o cambio de hábitat. Y, evidentemente, la contaminación del aire que vigoriza el efecto invernadero que experimenta el planeta.

Estado actual en el río Achibueno. Foto: Movimiento Defensa Achibueno Linares

Foto: EFE/Dragomir Yancovic. Desde Infobae.com

En el caso de esta catástrofe que tiene un perfil ambiental, también  pasa a ser social y económico, pues según la ONEMI, actualmente hay 1.012 viviendas destruidas, 3.782 damnificados y 11 fallecidos, todo esto en zonas extremas y vulnerables, ya que efectivamente, este desastre ha repercutido fuertemente el trabajo de miles de chilenos que sobreviven gracias al cuidado de animales, cultivos, y prácticas ancestrales, personas que no se ubican precisamente en ese 10% más rico de la población. Un escenario poco auspicioso para la igualdad social.

Apoyo:

Para mitigar esta situación, el Gobierno ha dispuesto una serie de medidas como la exclusión de impuestos, condonación de multas, subsidios, Fondos para la Reforestación y programas de reemprendimiento para todos los afectados, lo que es parte de su campaña #TodosporChile.

A su vez, desde Perú, Rusia, Francia, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Brasil y España, han enviado aportes económicos como tecnologías y brigadistas, para apoyar la labor de Conaf y Bomberos de Chile en el combate.

Sin embargo, como el daño es tan grande y urge la acción, durante estas semanas distintos grupos de personas se han estado organizando para ir en ayuda de los damnificados y el medio ambiente, tanto en sus comunidades, como en colegios, centros deportivos, sitios de trabajo, hospitales, etcétera. Y a su vez, se han armado brigadas ciudadanas en distintos sectores que se han atrevido a voluntariar apagando incendios en las regiones más afectadas. Pero, desde CONAF han indicado que no es recomendable que las personas sin experiencia apagando incendios se involucren, pues puede ser dañino tanto para el operativo, como para su salud.

La ayuda a los animales se centralizó a través del Colegio Médico Veterinario, y hoy están recibiendo ayuda a través de la compra de materiales, medicamentos, dinero y voluntariados.

También se puede apoyar directamente a Bomberos de Chile, haciéndote socio o llevando tu aporte a cualquier cuartel, ya que todos están funcionando como centros de acopio.

Adicionalmente, se puede aportar donando dinero a: Desafío Levantemos Chile, Techo Para Chile, Cruz Roja y Banco Estado, y la campaña de Juntos Por Chile del Hogar de Cristo, TVN, Mega, y radioemisoras asociadas a la ARCHI (al banco BCI, a la cuenta N° 40001024).

Finalmente, se puede también apoyar las iniciativas ciudadanas de reforestación con bosque nativo. 

Foto: Infobae.cl