Hace unas cuatro décadas nacieron distintos movimientos alrededor del mundo que coincidieron en la idea de que la dominación y explotación de las mujeres, y la dominación y explotación de la naturaleza, tienen un origen común: el patriarcado. Así fue como nació el ecofeminismo, corriente de pensamiento feminista que integra la temática ecologista. A continuación, relatamos un breve repaso histórico de esta filosofía.
Corría 1972, y un grupo de campesinos y pequeños artesanos, liderados por un equipo de mujeres del estado de Uttar Pradesh, India, se resistía a la industria maderera, reviviendo una manifestación indígena casi olvidada en los libros de historia. El movimiento setentero -denominado ‘Chipko’- se inspiró en una protesta que ocurrió en la India hace más de 300 años, cuando los integrantes de las comunidades Bishnoi y Rajasthan, teniendo como líder a una mujer, sacrificaron sus vidas al intentar salvar los árboles sagrados khjri, abrazándolos.
El movimiento Chipko realizó varias acciones representativas como aquella. Durante la primera manifestación, los pobladores de la comunidad Mandal se adentraron en los bosques tocando tambores para salvar 300 árboles de fresno que iban a ser talados por una empresa. Los motosierristas, al ver a la comunidad organizada y determinada a abrazar los árboles, desistieron de cortar. En otro enfrentamiento similar, el grupo utilizó un poema que decía: “Abraza nuestros árboles, sálvalos de su caída. El dominio de nuestras montañas, sálvalo de la depredación”.
Ecología y femineidad trabajando en conjunto
El movimiento Chipko fue el punto de partida de una conexión profunda entre mujeres de diversas aldeas a lo largo de todo el Himalaya, desde cachemira hasta Arunachal Pradesh, que iniciaron en India una lucha constante por la protección de la Tierra y sus recursos.
Estas manifestaciones fueron una de las tantas que propusieron una dualidad entre el feminismo de la diferencia y el de la igualdad. Pero, para llegar a esa separación de visiones -que finalmente buscan la liberación de la mujer en igual medida- hubo un largo recorrido e investigación teórica.
La diferencia la identificó en un principio Freud, cuando soñó con su joven madre, sus hermanas, cuñadas, amigas y primas, e identificó la ausencia del falo en sus cuerpos y el celo del mismo en el hombre. Así se expresó para este pensador y la discusión del feminismo, la dicotomía hombre/mujer. Y sin duda alguna, fue el inicio de una gran corriente de filósofas y detractoras que ahondaron en la complejidad social que significa ser hembra en esta sociedad.
La belga Luce Irigaray en “Espéculo de la otra mujer” (libro publicado en 1974) arguyó la visión de Sigmund Freud, proponiendo que el orden masculino no había dejado espacio para que se expresara la verdadera diferencia entre hombre y mujer, sino que comparó a esta última en función del macho. Desde su perspectiva, no es posible que las mujeres construyan su identidad desde un discurso masculino, donde se ubica a las mujeres como el “otro”. Por ello, es determinante, romper con el discurso del logo fálico, dedicándose a explorar el cuerpo y la experiencia de ser mujer como base idónea para la construcción de una nueva subjetividad femenina.
Por su parte, el ecofeminismo es una visión que también expresaba ese pensamiento, actuando en las riberas de los Himalayas. Allí, las mujeres mostraron inquietud por temas como “lo sagrado” de la Tierra y el cuidado de las semillas para la preservación de la agricultura, apelando a la similitud entre la dominación de las féminas y la adaptación de la naturaleza que se realiza actualmente.
Finalmente, el término ecofeminismo fue otorgado por Françoise d’Eaubonne, quien -en la década de los ’70- tuvo ciertos desacuerdos teóricos con su mentora, Simon de Beauvoir, para quien las mujeres debían ser consideradas cultura, no naturaleza. Françoise, por su parte, revalorizó los aspectos esenciales de la mayoría de las mujeres, que también son una necesidad vital para la existencia de la humanidad. En su ensayo “El feminismo o la muerte”, de 1974, ofrece una crítica a la modernidad, estableciendo la conexión ideológica que genera la explotación de la naturaleza y la de las mujeres, y el control de la fecundidad de las mujeres y la fertilidad de la tierra por parte del patriarcado.
Pensadoras del ecofeminismo
A continuación, te presentamos una selección de mujeres que han escrito y traspasado la visión ecofeminista, para que -por ti misma/o- te insertes en las profundidades de este conocimiento:
- Vandana Shiva: Filósofa y escritora india, que se basó en su experiencia con el movimiento Chipko y la lucha contra el colonialismo, junto a Mahatma Gandhi en India, para construir una vasta filosofía activista en contra de la opresión de las mujeres y la naturaleza en el mundo. Sus artículos y libros abarcan temas de resistencia en torno a la desigualdad de género, explotación de la naturaleza y colonialismo de las ideas de progreso y desarrollo occidentales en las comunidades rurales de la India. Entre sus obras más destacadas se encuentran: “Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo” (1995), “Manifiesto para una democracia de la tierra: justicia, sostenibilidad y paz” (2006), y “Soil Not Oil: environmental justice in a time of climate crisis” (2008), entre otros.
- Maria Mies: Socióloga y escritora alemana que ha participado activamente en movimientos feministas y ecológicos. Varios años se asentó en la India, donde comenzó un recorrido en el movimiento por la paz heredado de Gandhi. Desde 1997, es activista del movimiento anti-globalización. Sus obras consisten en una interesante mezcla de toda esa experiencia, que le ha permitido construir visiones más complejas sobre las relaciones de poder en la sociedad. Entre sus obras destacan: “Patriarchy and Accumulation On A World Scale” ( 1986), “Women: The last colony” (1988), “The Subsistence Perspective: Beyond the Globalized Economy” (1999), “La praxis del ecofeminismo: y “Biotecnología, consumo, reproducción” (con Vandana Shiva, 1998).
- Bina Agarwal: economista y académica india que ha desarrollado temas de igualdad de género y desigualdad económica en diversos escritos, los cuales le han hecho merecedora de premios a nivel internacional, como el primer Ramesh Chandra Agrawal Award 2005. Uno de sus últimos libros es “Género y Gobernabilidad Verde” (Oxford University Press 2010), donde Agarwal explora el impacto de la presencia de la mujer en la gobernanza forestal y la conservación.
- Deborah Slicer: Poeta, filósofa y académica estadounidense que se ha insertado en la crítica ecofeminista, equiparando la sumisión de las mujeres y la de los animales por el orden patriarcal, donde suele aplicarse (según la autora) la ley del más fuerte.
- Karen J. Warren: Filósofa estadounidense que se ha encargado de indagar en las bases del ecofeminismo, a través de la constante investigación académica. A su haber, tiene innumerables escritos que le han posicionado como una potente ensayista ecofeminista. Entre ellos, destacan: “An Unconventional History of Western Philosophy: Conversations Between Men and Women Philosophers” (Rowman & Littlefield, 2009), “Ecofeminism: Women, Culture, Nature” (1997) y “Filosofías ecofeministas” (2003).
Fuentes:
Vandana Shiva (1991), “ Abrazar la Vida: mujer, ecología y supervivencia”.
Annie Anzieu, “Ser mujer después de Freud”.
Nancy Piedra (2004), “Feminismo y posmodernidad: Luce Irigaray y el feminismo de la diferencia”.
** La portada de esta nota es de Claudia Deneault.