FECINART surge con el propósito de abrir nuevos espacios donde el arte y el territorio se encuentren con el fin último de incentivar una relación de cuidado entre los habitantes y la naturaleza local. Bajo el lema “el arte de contar historias”, esta primera edición propuso reflexionar sobre cómo y desde dónde se narra las problemáticas ambientales, quiénes las relatan y qué voces es necesario visibilizar para imaginar futuros más responsables y conectados con la naturaleza.
«Entendemos el arte como una herramienta capaz de explorar la biodiversidad, pero también de abordar la relación que establecemos con nuestro entorno».
(Carlos Mendoza, Director ejecutivo de Fundación Kreen)
El festival buscó reunir obras capaces de inspirar y acoger, entendiendo el cine como un espacio de encuentro donde distintas experiencias territoriales —aunque marcadas por ecosistemas y contextos distintos— comparten luchas, preguntas y formas de habitar similares. En ese sentido, la programación puso énfasis en relatos que abordan la relación entre las comunidades y su entorno natural, con especial atención a ecosistemas como bosques y humedales, entendidos como espacios vivos, frágiles y profundamente vinculados a la identidad de los territorios. Así, se propuso observar narrativas que conectan restauración ecológica, biodiversidad, memoria, agua y defensa del territorio.
“Como Fundación, buscamos tender puentes que conecten la conservación con los habitantes de la zona. En ese sentido, entendemos el arte como una herramienta capaz de explorar la biodiversidad, pero también de abordar la relación que establecemos con nuestro entorno. En este contexto, este año decidimos apoya la ampliación de la cartelera cultural de la comuna de Puerto Aysén y crear un espacio que no solo permitiera la exhibición de cortometrajes ambientales, sino que también fomentara el encuentro comunitario, la reflexión colectiva, la conversación y la escucha activa” enfatiza Carlos Mendoza, Director ejecutivo de Fundación Kreen.
La jornada inaugural del viernes 12 de diciembre presentó un recorrido por diversas experiencias vinculadas a la restauración ecológica, los bosques y el agua. La programación incluyó Volver a habitar: Restaurando el Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo, Let things rot / Deja que las cosas se pudran, Paine, El Pájaro Carpintero: Gigante de la Patagonia, Lo que queda del bosque y Puri, el camino del agua. La jornada cerró con un conversatorio en el que Esteban Hernández, realizador audiovisual, relató su experiencia como tallerista en la Escuela de Documentalistas –proceso formativo realizado en el marco del FECINART durante el mes previo–.
El sábado 13 de diciembre la programación continuó con un enfoque en la relación entre cultura, biodiversidad y educación ambiental. Se exhibió Pewen dirá la tierra, Bosque y Humedales de Chiloé. La jornada culminó con la exhibición de los micrometrajes realizados por jóvenes de Aysén en el marco del proceso formativo del festival, junto a la premiación y un espacio de encuentro comunitario.
Escuela de Documentalistas: El arte de contar historias
La antesala del festival estuvo marcada por el desarrollo de la Escuela de Documentalistas: El arte de contar historias, un proceso formativo gratuito dirigido a jóvenes de Puerto Aysén y sus alrededores. La iniciativa convocó a dos grupos de estudiantes, quienes participaron en un ciclo de talleres de storytelling y creación audiovisual orientados a la realización de cortos documentales sobre naturaleza y cuidado ambiental. El programa duró seis sesiones, que se realizaron en el Centro Cultural Casa Alerce y culminó con la exhibición de los micrometrajes realizados por las y los participantes durante la segunda jornada del FECINART.
Los micrometrajes presentados fueron Visión Subyugante, realizado por Licarayen Villaroel, Pablo Vargas y Benjamín Garcés, y Títeres, de María Isidora Aura, Carlos Rehbein y Antonia Olivares. Ambas obras abordan la naturaleza del territorio de Aysén desde miradas diversas: la primera destacó por su propuesta de poesía visual y la creación musical que realizaron los propios integrantes, mientras que la segunda se caracterizó por un lenguaje cercano y una creativa puesta en escena, que contempló la creación de títeres: protagonistas del micrometraje.
Durante la jornada del 13 de diciembre se realizó la exhibición comunitaria de ambos micrometrajes y la posterior premiación. El galardón, una semilla de lenga (Nothofagus pumilio) creada por el artista Maximiliano Viviani Hörmann, fue otorgado al micrometraje Títeres. La elección de este símbolo responde a su valor como especie emblemática del ecosistema andino patagónico y a su significado como inicio de un proceso creativo destinado a sostenerse y proyectarse en el tiempo: una semilla que, al igual que el bosque, contiene la promesa de nuevas historias.

El FECINART se proyecta como un espacio en continuidad, y ya se encuentran en marcha los preparativos para una próxima versión el año 2026, reafirmando el compromiso de seguir fortaleciendo el vínculo entre cine, territorio y conciencia ambiental en la región de Aysén, Chile.





