Banca Ética es un concepto que ha sonado con fuerza durante las últimas semanas en nuestro país. Una de las razones es la visita de Joan Antoni Melé, promotor, vocero y conferencista catalán de la Banca Ética en Europa y, desde hace unos años, en Chile y Latinoamérica. En revista Endémico tuvimos la oportunidad de conversar con él, profundizar con respecto a lo que representa la Banca Ética y entender por qué Joan Melé, a sus 56 años y luego de trabajar por más de 30 años en la banca tradicional, decide dejar un cómodo y muy bien remunerado puesto en el mercado económico español, para unirse al impulso de la Banca Ética.
Algo se mueve en tu interior cuando estás frente a un hombre, quien ante a la pregunta ¿es posible que las ideas banca y ética estén unidas en una misma frase?, te responde con una potente contra pregunta: “Bueno, pues yo te dije que la pregunta acá es otra, ¿cómo es posible que una banca no sea ética y lo aceptemos?”
La lucha por la existencia
“¿Qué estamos haciendo de la infancia y la juventud para que una sociedad acabe corrupta?”, se pregunta Joan Melé, a lo que se responde: “la mayoría de los padres quieren que sus hijos sean más inteligentes que los demás, porque así, compitiendo, se salvan. Yo les digo, los inteligentes no están resolviendo los problemas, los están generando. La inteligencia está bien, es necesaria, pero hoy necesitamos personas buenas, comprometidas, que se pregunten ¿al servicio de quién he puesto mi inteligencia?”
A tal punto sorprende la manera en que se expresa este banquero —como él mismo se denomina—, que el mismo Humberto Maturana (neurocientífico chileno galardonado con el premio Nacional de Ciencias), tras escucharlo se reunió con él para expresarle su simpatía hacia las ideas que plantea y comunicarle que él —como biólogo y ser humano— no está de acuerdo con la teoría darwinista de la evolución o que la vida es simplemente una lucha por la existencia. Sus convicciones e investigaciones científicas, apuntan a que la evolución se desarrolla en base a la cooperación y el amor. Es en ese lugar e ideales donde estos dos hombres se encuentran. “¿Y si la vida no es más que una lucha por la existencia, ¿por qué al humano le da por hacer poesía?”, nuevamente con una simple pregunta, Melé nos invita a reflexionar cuestiones fundamentales de nuestra existencia.
Dinero y Conciencia
El dinero no existe en sí mismo, el dinero se da en relación al ser humano, y “lo utilizamos de tres maneras diferentes: ahorro, compra o donación. En cualquiera de esos tres casos, detrás hay seres humanos como nosotros, con las mismas necesidades, ilusiones, familias, etc.” Explica Melé. La relación que surge entre el ser humano y el dinero nos permite hablar del uso consciente del dinero, porque es en ese espacio donde cada ser persona tiene el poder de decir: “con mi dinero no”. Todos tenemos la posibilidad —día a día, compra tras compra— de decidir en qué gastar nuestro dinero. Hacerlo conscientemente implica investigar bajo qué condiciones de respeto y dignidad hacia las personas y el planeta se ha elaborado lo que estoy por comprar.
Joan Melé enfatiza en que hoy “comprar barato es casi una obligación, pero debemos entender que detrás de un precio barato hay un precio oculto que alguien está pagando; un ser humano está siendo explotado o se está destruyendo el planeta. ¿Por qué se siguen talando miles de hectáreas de bosques nativos para construir muebles? Fácil, porque los seguimos comprando”. ¿Y quién tiene el poder de cambiar eso? Tú, yo, nosotros podemos, poniendo conciencia en cada compra que hacemos.
Banca Ética
Los bancos no son dueños del dinero que tienen a su disposición, ellos “gestionan nuestro dinero, por lo tanto tenemos el derecho a saber qué harán con cada céntimo de nuestro dinero”. Los bancos denominados “éticos” funcionan como cualquier otro “tradicional”; deben seguir las mismas leyes del país en el que se encuentran; deben crearse con los mismos instrumentos y capital que se exige, la diferencia está en que la Banca Ética —sin dejar de lado las utilidades— pone al ser humano y el planeta primero.
En este sentido, dos son los criterios fundamentales, que podríamos llamar propósitos o ideales de la Banca Ética:
- La elección de las inversiones, situando al ser humano y el medio ambiente en el centro del modelo de negocios.
- La transparencia frente a la información que se le entrega a los inversionistas, dándoles acceso a toda la información de los proyectos y sus cifras.
Los proyectos que son estudiados para ser financiados por esta banca, deben seguir tres líneas fundamentales. De las cuales se desprenden cientos de subáreas a financiar:
- Cultura
- Iniciativas sociales
- Naturaleza y Medio Ambiente
El caso de Triodos Bank, el primer banco ético
En 1968, Adriaan Deking Dura, economista, Dieter Brüll, profesor de derecho tributario, Lex Bos, consultor de gestión, y Rudolf Mees, banquero, formaron un grupo de estudio interesado en la renovación social. Investigaron sobre cómo vivir mejor juntos en sociedad, desde el crecimiento personal hasta la acción colaborativa.
Decidieron analizar específicamente el papel del dinero y qué podemos hacer con él para el desarrollo de las personas y las comunidades. Tras ello, los padres fundadores, hoy fallecidos, continuarían hasta la creación de la Fundación Triodos en 1971 y Triodos Bank en 1980.
Los fundadores se vieron influenciados por los avances de la sociedad en cuanto a derechos civiles y libertades en los años 60 y también se basaron en puntos de vista filosóficos que se remontan a los ideales de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Desde su perspectiva, la libertad tenía que ver con la esfera personal, particularmente con el libre pensamiento y la libertad de expresión, que están relacionados con la cultura. La igualdad debe hacerse realidad a través de un sistema político democrático. Y la fraternidad, y esto es bastante relevante, podría llevarse a la práctica a través de la economía, ya que todos dependemos de los demás. Para ellos, la idea era reconocer esta interdependencia y trabajar juntos. (Información adquirida de la Revista Triodos).
Joan Melé, su historia y vínculo con Chile
Joan Melé, para explicar su vínculo con la Banca Ética, retrocede a su infancia y recuerda los relatos de su abuela; a un cuento en particular que él siempre le pedía, donde la historia se enfocaba en la desigualdad social, combatida por la cooperación de la comunidad. Desde entonces, y cada vez con más fuerza, sintió ese llamado a lo social; fue en la banca donde creyó hallar ese espacio de vínculo a través de las relaciones humanas y el dinero.
Trabajó por muchos años en la banca convencional, pero al mismo tiempo daba charlas de la Banca Ética por toda España. Algo que él mismo reconoce como una contradicción, pero era el lugar desde dónde podía comenzar para finalmente lograr crear un banco ético. Es a fines del 2004 que Triodos Bank se instala en España, con su primera sucursal en Barcelona. Era evidente que Joan debía ser parte del equipo, y así se lo hicieron saber; “tú llevas 30 años en un banco, llevas cinco predicando la Banca Ética, pues no te das cuenta que esto te toca hacerlo a ti.” Ante esa interpelación directa, Joan confiesa, “me di cuenta que una cosa es predicar y la otra es hacerlo tú”.
Desde ese minuto comienza el desarrollo de Triodos Bank en España, con muy buenos resultados. Incluso, cuando estalla la crisis en el año 2008, la gente se cambia a la Banca Ética con mayor fuerza, porque “la gente vio que un banco ético era más seguro”. Después este cambio de trabajo, Melé llega a Chile tras ser invitado para apoyar el impulso de la Banca Ética en Chile. Desde entonces regresa cada año a dictar diversas charlas por toda Latinoamérica, buscando renovar la fuerza del ideal tras la Banca Ética.
Doble Impacto y el futuro banco
La Banca Ética en Chile se materializa en el año 2016, con el proyecto bancario en construcción denominado Doble Impacto e inspirado en los fundamentos y experiencia de Triodos Bank en Europa. Doble Impacto actualmente funciona como una plataforma de crowdlending, donde las pymes —tras ser analizadas en su funcionamiento ético y financiero— son vinculadas con inversionistas que desean hacer un uso consciente del dinero (generar utilidad, pero anteponiendo al ser humano y el ambiente). Cualquier persona puede ser inversionista, ya que el monto mínimo para invertir en un proyecto no es elevado (desde 50.000 mil pesos chilenos).
Hoy en Chile, el proyecto bancario -basado en los lineamientos de la Banca Ética- ya cuenta con un estudio de prefactibilidad, proceso en el que participaron más de 220 personas de diversos ámbitos; concluyendo que un proyecto de banco con lineamientos de Banca Ética no sólo es financiera y técnicamente viable, sino también humanamente necesario.
El próxima paso que seguirán es obtener la licencia bancaria para el año 2022, y más adelante contar con los mismos productos que otorgan los bancos tradicional. Es importante destacar que la Banca Ética en Chile no es parte de un grupo bancario español —como erradamente han titulado algunos medios nacionales— si no que se trata de un movimiento ciudadano nacido en Chile, inspirado por las ideas sobre la renovación cultural, social y económica propuestas por Rudolf Steiner, y guiada por el camino de Triodos Bank, pero que busca generar una Banca ética Latinoamericana, que represente y refleje nuestra cultura, sociedad y economía.
Pinchando aquí puedes ver un didáctico video donde se resumen los principios de la banca ética.
*Ilustración de portada: www.causeartist.com