Christian Nicole Ryan, actual directora ejecutiva de Green Light, desgrana el balance optimista que han conseguido en 18 años y el reconocido movimiento artístico que se ha gestado.
Entre las iniciativas que se han ido desarrollando, la que más aceptación ha tenido se centra en recolectar la lluvia desde las canaletas a barriles de plástico. ¿De dónde surgió la idea, cuál es su objetivo y qué uso se le da al agua?
C.N.R.: GLNO (Green Light New Orleans) comenzó en 2007 como una iniciativa comunitaria para ayudar a los residentes a ahorrar energía, reducir los costos de los servicios públicos y disminuir su huella de carbono reemplazando bombillas incandescentes por bombillas de bajo consumo tipo CFL. A través de este programa, GLNO ha distribuido más de 600.000 bombillas en 27.000 hogares. Seguimos distribuyendo bombillas a través de socios organizacionales, incluidos bancos de alimentos y ministerios locales.
En 2015, identificamos las inundaciones recurrentes y la subsidencia del terreno —causada por la pérdida de aguas subterráneas y la compactación del suelo— como desafíos importantes y crecientes para los residentes de Nueva Orleans. Como respuesta, desarrollamos el Programa de Barriles de Lluvia para empoderar a los residentes con una herramienta económica para capturar agua de lluvia como una solución local frente a las inundaciones. Estos barriles reducen el volumen de escorrentía que entra en la sobrecargada infraestructura de drenaje de Nueva Orleans durante las lluvias, y permite a los residentes reutilizar el agua de lluvia para usos no potables como jardinería, limpieza de herramientas, bicicletas o autos, o incluso para tirar de la cadena del inodoro en caso de interrupción del suministro.
“Nuestro impacto se describe de forma más significativa a través de la comunidad”.
Hasta la fecha, se han instalado alrededor de 3.000 barriles en residencias de toda la ciudad. Nuestros barriles son reciclados —barriles de calidad alimentaria recuperados de socios del sector alimentario— lo que evita que una gran cantidad de plástico no reciclable termine en la basura local. Cada barril es único y está bellamente pintado por un artista voluntario. Los barriles están disponibles para todos los residentes dentro del sistema de diques, con una contribución mínima accesible de 10 dólares. GLNO depende en gran medida de voluntarios para el éxito de sus programas y de las recomendaciones de participantes para involucrar a más personas, lo que demuestra la capacidad de generar un cambio ambiental significativo a través de la acción comunitaria colectiva y soluciones locales a desafíos sistémicos.

¿El programa ofrece soluciones accesibles para los vecindarios de toda la ciudad?
C.N.R.: Desde su inicio, el Programa de Barriles de Lluvia se ha implementado con éxito en más de 3.000 hogares, desviando potencialmente 150.000 galones de aguas pluviales de zonas propensas a inundaciones y de infraestructuras sobrecargadas, y recogiéndose en su lugar para un uso doméstico en jardines y otros fines.
Los barriles se conectan al bajante de la vivienda con un desviador y una manguera, capturando aproximadamente el 80% del agua pluvial de los tejados y evitando que llegue a las calles, sumideros y sistemas de bombeo. Están equipados con un grifo para que los hogares tengan acceso a agua sin tratar, que puede usarse para jardinería y tareas domésticas. Los barriles reducen la necesidad de agua tratada, fomentando la conservación y aliviando la presión sobre los recursos municipales.
Durante épocas de sequía o recuperación tras desastres, los barriles proporcionan una fuente alternativa de agua para plantas, tareas del hogar e incluso para tirar de la cadena, promoviendo un uso más consciente del agua no tratada.

La acción colectiva marca la diferencia. Cada vez que llueve, existe el potencial de capturar 150.000 galones de agua con los barriles actualmente en uso. A lo largo de un año, se podrían capturar y desviar hasta 16.200.000 galones de agua de lluvia. Esto representa un alivio importante para los sistemas pluviales y un ahorro colectivo de $105.000 (dólares) anuales para los residentes si se usa esta agua en lugar de agua potable tratada para fines no potables.
Nuestros resultados se miden en cifras, pero nuestro impacto se describe de forma más significativa a través de la comunidad. A cada beneficiario se le envía una encuesta seis meses después de la instalación del barril, permitiendo evaluar su valor en el hogar. Las encuestas relatan historias sobre el regreso a la jardinería como práctica cultural, el aprecio por una manera de apoyar a la naturaleza y el orgullo de aplicar una solución sostenible.
Además, hay un componente artístico en cómo se decoran los barriles y se entregan a las personas. ¿Vincular el arte a estas iniciativas las hace más expansivas? ¿Se genera mayor participación o respuesta?
C.N.R.: El arte es un componente fundamental de la estrategia de participación de Green Light. Los barriles de lluvia funcionan como arte ambiental funcional, cada uno pintado de forma única por artistas voluntarios de todas las edades y niveles de habilidad. Cada barril es único y los beneficiarios pueden elegir el suyo. La mayoría se toma una foto orgullosamente con su barril.
Al instalarlo, cada beneficiario recibe una copia del libro «Rain Barrel Culture and Practice», una guía bellamente ilustrada que explora la historia de la gestión del agua en Nueva Orleans y el papel de los miembros de la comunidad en el abordaje de los retos ambientales críticos de la ciudad. En cada libro se incluye una foto del artista y su barril, para profundizar la conexión entre arte, medio ambiente y comunidad. Los barriles sirven como arte funcional y ambiental.
¿Estamos haciendo lo suficiente como sociedad para restaurar la salud del planeta?
C.N.R.: No creo que estemos haciendo lo suficiente para restaurar la salud del planeta. Hay muchas formas en las que los daños al planeta son evidentes: el cambio climático, la calidad del aire y del agua deteriorada por los contaminantes, la destrucción de hábitats, el aumento de especies en peligro o extintas… y la lista, lamentablemente, continúa.
¿Qué herramientas deberían incorporar en su vida diaria las personas más comprometidas con el medio ambiente?
C.N.R.: Conservar agua mediante el uso de barriles de lluvia es una de mis opciones favoritas, por supuesto. Eliminar los plásticos de un solo uso es una acción que cada ciudadano puede adoptar y que marcaría una gran diferencia. No es fácil, pero cada elección, cada decisión cuenta.
Llevar una dieta basada en plantas reduce el impacto ambiental y mejora la salud. No es necesario eliminar por completo la carne, pero sí reducir su consumo y comprarla —al igual que otros productos— a productores locales que crían animales y cultivan con responsabilidad. Ir al mercado de agricultores y hablar con quienes producen tus alimentos es una acción con muchos beneficios positivos.

¿Tiene Green Light algún plan educativo para llevar el proyecto a las aulas e inspirar al alumnado?
C.N.R.: Durante 2022-2023, GLNO colaboró con STEM Library Lab para implementar el uso de barriles de lluvia como parte de proyectos de aprendizaje en servicio. En 2024-2025, se enviaron 119 barriles a 35 escuelas para incorporarlos a programas educativos sobre el clima, el cambio climático, las inundaciones locales, los problemas de subsidencia y las infraestructuras verdes. Los barriles son pintados por el alumnado y luego se incorporan al programa de GLNO, combinando ciencia ambiental, arte y participación cívica.
¿Cuántas personas forman parte de la organización o de las labores diarias y qué estructura se mantiene?
Green Light New Orleans cuenta con una estructura reducida: una directora ejecutiva a tiempo completo, una coordinadora de voluntariado y educación, y una persona encargada de la instalación de barriles. Nuestro fundador sigue colaborando como asesor, y el consejo directivo ofrece un importante apoyo.
Sin embargo, son los voluntarios quienes hacen posible lo que hacemos. Solo en lo que va de 2025, hemos contado con aproximadamente 500 voluntarios que han contribuido con 1.400 horas de servicio. Los voluntarios preparan y pintan los barriles y nos apoyan de muchas maneras fundamentales. Además, tenemos la gran suerte de contar regularmente con personas en prácticas que hacen un trabajo increíble. Este verano, tenemos cuatro estudiantes en prácticas trabajando en proyectos importantes.
Imagen de Portada: ©Carmen Serrano