Una campaña para proteger el río Diguillín

El artículo de hoy fue escrito por nuestra colabora invitada Josefa Hojas, activista del movimiento “Diguillín Libre”, quien es psicóloga y se dedica a la arteterapia, pero además ha desarrollado un profundo amor por el territorio de la cordillera de Chillán. En este texto, Josefa expone la problemática que vive el río Diguillín y explica […]

El artículo de hoy fue escrito por nuestra colabora invitada Josefa Hojas, activista del movimiento “Diguillín Libre”, quien es psicóloga y se dedica a la arteterapia, pero además ha desarrollado un profundo amor por el territorio de la cordillera de Chillán. En este texto, Josefa expone la problemática que vive el río Diguillín y explica los principales motivos que, a su juicio, impulsan a las personas a proteger el río.

En el corazón de la Reserva Mundial de la Biósfera “Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna Laja” (UNESCO, 2011), donde se encuentra la última población de huemules de los Andes centrales de Chile, y en medio de lo que es un punto caliente (hotspot) de conservación de la biodiversidad, fluye el río antiguo río Diguillín. Entre profundos cañones de piedra y vigilantes árboles colgando de sus paredes, avanza este cuerpo de agua, amenazado por la construcción de la central hidroeléctrica “Pequeña Central de Pasada Halcones” de la empresa Aaktei SPA.

Recientemente, el 16 de febrero del 2018, y tras cinco años de tramitación en el SEA (Servicio de Evaluación Ambiental), se aprobó por unanimidad la central. Su eventual construcción pone en riesgo un ecosistema único a nivel mundial, amenazando diversas especies endémicas en peligro de conservación que habitan la zona, además de la cultura local vinculada al río.

Es por ello que surge el movimiento “Diguillín Libre”, el cual agrupa a organizaciones sociales, empresarios, y ciudadanos de la comuna de Pinto, El Carmen, Chillán y Concepción que se verían afectados por la construcción y operación del proyecto en cuestión. La comunidad empoderada, organizada e informada ha logrado unirse para defender su territorio y generar conciencia sobre los nefastos efectos de este proyecto.

Como participante activa de este movimiento, he observado tres motivos principales que motivan a participar en la defensa del territorio, los cuales pueden ser clasificados de manera general en tres, que se explicarán a continuación.

Laguna Los Huemules ©Diguillín Libre.

I. Ecología

La defensa y conservación de la biodiversidad presente en el territorio es uno de los motivos más recurrentes para oponerse al proyecto hidroeléctrico.

El corredor biológico Nevados de Chillán – Laguna Laja fue declarado reserva mundial de la biósfera el año 2011. Este título tiene como propósito aumentar el compromiso del Estado de Chile con la conservación de la diversidad biológica y el uso sustentable del territorio, más no incorpora nuevas normas que regulen la explotación del territorio.

Incluso antes de obtener dicho estatus, esta zona cordillerana ya había sido estudiada por científicos y especialistas debido a su riqueza en biodiversidad y a su alto nivel de endemismo. Esta área es denominada como “transición vegetacional”, dado que en ella confluyen dos tipos de bosque, conformando un ecotono (cuando dos o más ecosistemas se unen). El bosque esclerófilo de la zona central por se extiende desde el norte y el bosque caducifolio templado desde el sur (San Martín, 2014). Además, alberga especies endémicas -que solo es posible encontrar en ese lugar- en peligro de conservación, como el lleuque y el ciprés de la cordillera.

Pájaro Carpintero, característico de la zona ©Diguillín Libre.

El sector Nevados de Chillán – Laguna Laja, se plantea además como una de las principales vías para asegurar la conservación del único lugar de Chile central que está habitado por el huemul. Según Povilitis (2002), esta población se encuentra en un descenso crítico hacia la extinción. Al estar aislada del resto de las poblaciones de huemules, constituye un grupo de especial relevancia genética y evolucionaria. En ese sentido, el sector del Diguillín funciona como corredor biólogico, por lo que la fragmentación del territorio amenaza con eliminar el intercambio entre individuos de esta especie, que es justamente lo que asegura la viabilidad de la población.

II. Turismo

La zona ZOIT (Zona de Interés Turístico), donde se pretende emplazar el proyecto, hace alarde de una gran belleza escénica, con alto valor ecológico y paisajístico, por lo que existe un importante flujo turístico durante todo el año. Como consecuencia, existen numerosos emprendimientos de turismo que han surgido en los últimos años y que generan más de 2.000 puestos de trabajo de manera directa e indirecta. La destrucción del territorio afectaría gravemente el valor turístico de la zona y por consiguiente la actividad económica de las comunidades del sector.

Río Diguillín ©Diguillín Libre.

III. Identidad

Como seres humanos nos vamos construyendo en una relación dialéctica con el territorio que habitamos. Así como una central hidroeléctrica altera el paisaje y ecosistema, también afecta de manera directa al sistema identitario de las comunidades residentes en el área. La gran mayoría de los activistas del movimiento Diguillín Libre sienten que el río es parte de su historia y por ende, de su identidad. Medir y sistematizar el patrimonio inmaterial asociado a este afluente no es fácil, pues es una tarea cualitativa y subjetiva. El siguiente testimonio de un habitante del lugar permite atisbar lo anterior:

“Soy la única de mi familia nacida acá en Los Lleuques. Los dos mayores en el volcán Llaima, IX región, porque mi papá fue guardaparques hoy ya hace tres años fallecido. Lo trasladaron al fundo El Castillo para la preservación del huemul e hizo muchas crías, sabía desde donde nacía el río y caminaba días enteros para poder atender al huemul. Para él cortar un árbol era pecado, había que pedir permiso y rezar. Me crió a la orilla del río en el camping Los Mañíos que está del puente del Carmen a mano izquierda. Nunca pescó ni mató un animal. Aprendí del mejor sin estudios ni posgrados, solo su entrega y pasión. Un guardaparques de verdad que llevaba al cóndor herido, o nos hacia criar a los bebés para después soltarlos. Mi amor por este lugar es el mismo respeto y admiración de lo que un día hizo mi papá”.

Un huemul en la zona del Diguillín ©Diguillín Libre.

Diguillín Libre

Hoy el movimiento Diguillín Libre, que agrupa a ciudadanos de distintas localidades de la comunas Recinto, Los Lleuques, Valle de Atacalco, Valle Las Trancas, entre otras, se encuentra realizando distintas acciones para lograr frenar este proyecto y así evitar una catástrofe ambiental. Para esto se están realizando diversas gestiones a través de ONGs, agrupaciones locales y la municipalidad, trabajando en conjunto con la comunidad del valle del Diguillín.

Para nosotros como movimiento, el río Diguillín es vida. Sus cristalinas aguas alimentan y multiplican todo el ecosistema que acompaña cada milímetro de río en su recorrido hasta llegar al mar. Llegamos por diversos motivos a este lugar, pero a todos nos cautivó lo mismo; el río Diguillín y su entorno, haciendo un cambio radical en nuestras vidas, dejando atrás el cemento, el estrés y la vida de ciudad. Queremos que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos también gocen de este regalo de la naturaleza.

Más información en la página web de Diguillín Libre, pinchando aquí.

Referencias

López R, Hinojosa A, Corales E, Faúndez R, Maldonado V (2005). Estudio del huemul en Nevados del Chillán-Laguna de la Laja, Chile Central. Informe Técnico FZS Project N° 1171/93 CODEFF, Santiago.

Povilitis A (2002) El estado actual del huemul (Hippocamelus bisulcus) en Chile Central. Gayana 66 (1): 59–68.

San Martín P (2014) Reserva de la Biosfera Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja: de la amenaza de la extinción al desarrollo sustentable. En: A Moreira-Muñoz & A Borsdorf (eds) Reservas de la Biosfera de Chile: Laboratorios para la Sustentabilidad. Academia de Ciencias Austriaca, Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Geografía, Santiago, serie Geolibros 17: 146–160.

©Diguillín Libre